La espera no desesperó a las 14 mil personas que se reunieron este domingo en la Plaza Juárez. Aguardaban por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) para celebrar su cierre de campaña en Jalisco, y aunque la cita era a las 6 de la tarde y a esa hora el abanderado de Morena a la presidencia seguía en un evento en León, miles ya se asentaban en el espacio.
Desde la noche anterior se comenzó a montar el escenario donde se pararía Andrés Manuel por poco más de una hora. Ya el domingo el espacio en el que el morenista cerró campaña también en 2012, esa vez acompañado por su ahora enemigo Enrique Alfaro, comenzó a llenarse de vida desde temprana hora. Decenas de camiones se estacionaban y bajaban gente en distintos puntos alrededor de la plaza; uno con la leyenda “Turismo Anaya” le dio el toque de ironía al traslado de los simpatizantes.
Horas después, al filo de las 8 de la noche, distintos grupos musicales amenizaban los minutos de espera, que vivían también afines de AMLO y candidatos a alcaldías en Jalisco, como Alberto Uribe, y el propio Marcelo Ebrard, coordinador de campaña de Andrés Manuel.
A diferencia de ellos, que entraron por la parte de atrás del escenario, López Obrador caminó por el centro de la multitud en su camino al frente. Su aspirante a la gubernatura Carlos Lomelí iba a su lado cuando por fin, dos horas después, el más que esperado candidato llegó por última vez a la entidad en estas elecciones.
Fueron recibidos con efusividad desbordada, avanzaron entre cientos de banderas y manos estiradas que esperaban recibir aunque fuera un roce de Andrés Manuel. Luego subieron al escenario al ritmo de México Lindo y Querido, que era tocada por unos mariachis y coreada por las miles de almas aglutinadas en la plaza.
AMLO se paseó contento por cada una de las esquinas del escenario. El término de la canción se convirtió en oportunidad para que cada persona en el estrado o remotamente cerca de éste se acercara al candidato buscando una foto, en un momento de caos en el que hasta los mariachis corrieron para tenerlo cerca.
Luego, cuando se calmaron los ánimos comenzaron los mensajes. La primera en hablar fue la candidata de Morena a Guadalajara, Claudia Delgadillo, quien pasó de largo. Luego Carlos Lomelí tomó el micrófono, dijo que va arriba en las encuestas y afirmó que le ganará la gubernatura a Alfaro por más de siete puntos arriba.
La gente los siguió y apoyó, pero cuando tocó el turno al candidato a la presidencia toda la energía que aún quedaba salió a flote. Vestido en pantalón azul, sencillos zapatos negros y una simple camisa blanca, López Obrador se dirigió a los miles que lo acompañaban.
Como fue costumbre durante toda su campaña, en su intervención AMLO los mantuvo atentos y entretenidos. Usando lenguaje coloquial y frases que son de él ya conocidas, les dijo que "este arroz ya se coció" refiriéndose a su posible triunfo, y afirmó que cuando gane no llegará solamente a ocupar puestos en el gobierno sino a cambiar al país.
Entre otras de sus propuestas ya conocidas, planteó catalogar el fraude electoral como delito, impulsar la agricultura en Jalisco y cuidar el medio ambiente. Juró que durante su sexenio no van a aumentar, en términos reales, los impuestos, y reiteró también que va a ganar menos de la mitad de lo que gana Enrique Peña Nieto, “y de ahí para abajo” con el resto de los gobernantes en México.
Afirmó que en cuanto ocupe el puesto de Presidente, echará para atrás el acuerdo para privatizar el agua, y que aumentará al doble la pensión a los adultos mayores.
Casi al final de su intervención, tocó madera para que el emecista Enrique Alfaro no llegue a Casa Jalisco. Y a tono de broma se dijo nervioso, pues de ser así, tendría que estar cuidando constantemente su cartera. "No estamos apoyando a Alfaro, que quede claro, no le tenemos confianza", añadió.
Después, como todos, terminó su discurso pidiendo a los ciudadanos voto parejo para el resto de los candidatos de Morena que aparecerán en las seis boletas electorales que tendrán en sus manos el próximo domingo. Y se despidió al unísono de "Presidente", un cargo que se definirá tendrá o no, en siete días.
GPE