La CNDH advirtió que enviar a quien solicita asilo o refugio a un tercer país, sin realizar antes una evaluación individualizada sobre riesgos de persecución en dicha nación, “vulneraría el Principio de No Devolución” y que de aceptar la política de Estados Unidos, la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) “podría verse colapsada".
En un comunicado, el organismo consideró también que el migrante corre riesgo, ya que “podría enfrentar persecución de devolverle a su país de origen” y esto lo ha indicado la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en el Caso “John Doe y otros c. Canadá”.
Por ello, hizo un llamado a las autoridades mexicanas “para que, mediante las instancias diplomáticas correspondientes, se presenten las acciones oportunas para velar por el pleno respeto de los derechos humanos de las personas en contexto de migración”.
“Ante las enmiendas concernientes a los procedimientos de asilo en los Estados Unidos de América, con el fin de que el asilo y refugio sean una prerrogativa a la que pueda acceder cualquier persona, haciendo vigente el principio de no devolución”, explicó.
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En su argumentación, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) se apoya en ordenamientos internacionales, como la Opinión Consultiva 21/14 de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) que preserva la seguridad de niñas, niños y adolescentes.
“No se les puede rechazar en la frontera sin un análisis adecuado o individualizado de sus peticiones con las debidas garantías, y se les debe escuchar para resolver de acuerdo con su mejor interés, e incluso las opiniones de sus padres o tutores no pueden remplazar las expresadas por las personas menores de edad y las autoridades fronterizas no deben impedir el ingreso de su solicitud de asilo o refugio”, explica.
Derechos Humanos reconoce que el gobierno mexicano ha expresado no coincidir con las medidas de Estados Unidos; sin embargo, “en la práctica con los nuevos criterios publicados por el Departamento de Seguridad Interior y el Departamento de Justicia, ambos del gobierno estadounidense, en los hechos nuestro país se convertiría en un “tercer país seguro”, ya que la gran mayoría de las personas extranjeras que ingresan de forma irregular a la Unión Americana transitan por territorio nacional”.
De aceptar esa política estadunidense, advirtió la CNDH, la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), “podría verse colapsado, ya que muchas o la gran mayoría de las solicitudes de refugio que se tramitarían por personas extranjeras, serían presentadas con el propósito de cumplir con los nuevos criterios de elegibilidad para asilo en Estados Unidos”.
evl