Diócesis de Torreón pide alto a la violencia y se une a Jornada Nacional por la Paz

A la marcha se unieron colectivos de desaparecidos y comunidad católica, sumando un contingente de 700 personas.

El contingente partió desde la parroquia de Nuestra Señora de Fátima.
Jorge Maldonado Varela
Torreón, Coahuila /

El asesinato de dos sacerdotes jesuitas fue la gota que derramó el vaso, para que de nueva cuenta la ciudadanía saliera a las calles a pedir paz, justicia y libertad, vestidos de blanco, vestidos de esperanza. 

En Torreón se desarrolló este miércoles la Marcha por la Paz a la que acudieron alrededor de 700 personas, entre la comunidad católica de La Laguna y grupos de búsqueda de desaparecidos.

La cita era a las 20:00 horas, el contingente ya estaba listo para arrancar desde la parroquia de Nuestra Señora de Fátima de la colonia Braulio Fernández Aguirre. 


Todos estaban listos para partir, ya sea con una veladora en mano, un mensaje de paz, globos blancos o imágenes de personas desaparecidas.

La marcha inició sobre la avenida Cuarta y recorrió cerca de tres kilómetros con gritos de exigencia, cantos religiosos y mensajes silenciosos impresos en cartulinas y lonas, sin faltar las consignas de los familiares que tienen a un ser querido desaparecido, tal como lo hicieron integrantes del colectivo Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila (Fundec).

“Vivos se los llevaron, vivos los queremos”, “¿Por qué los buscamos? porque los queremos”, “¿Quién te buscará cuando yo ya no esté?”, “Reconciliación y Justicia para un México en Paz”, decían algunos de los mensajes que se leían al paso del contingente.

Durante el recorrido, los vecinos salían de sus casas y muchos se solidarizaban con los marchantes mandando bendiciones, al igual que algunos automovilistas que hacían sonar su claxon en señal de apoyo.

“Esto que hemos vivido nos habla de que no ha parado la violencia por todas las personas que mueren en nuestro país, hasta niños y mujeres. La violencia tiene muchos rostros, la violencia es pobreza y la violencia es marginación. Debemos ser solidarios con quienes han sido víctimas de la violencia”, compartió el padre Rafael López.

El sacerdote subrayó que las diócesis han instruido la tarea de orar por los sacerdotes asesinados y acudir a lugares donde ha habido violencia para llevar mensajes de paz. Además, exhortó a las autoridades a tomar en cuenta a la sociedad y a la iglesia para trabajar en conjunto a favor de una sociedad sin violencia.

La marcha tenía como destino la Plaza de la Mujer en la colonia Lázaro Cárdenas, donde ya estaba preparado todo para celebrar una ceremonia eclesiástica oficiada por el mismo padre Rafael, ante una plaza decorada con globos blancos y un colorido altar.

GERR

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