A Olga Alicia Castro Ramírez, vocal ejecutiva del INE en Tamaulipas, ser mujer le dificultó llegar al puesto que ocupa, porque no todos están preparados para recibir órdenes de alguien del género femenino, además, si algo aprendió es que no se construye confrontando a los varones.
Ella es licenciada en Ciencias Políticas y tiene una maestría en Derecho Electoral. Comenta que trata de dedicarle el mayor tiempo posible a sus hijos y esposo ya sea para viajar, estar en casa o en el cine.
Le encanta tomar café en medio de una buena plática familiar.
También le gusta leer y disfruta los antojitos mexicanos; recuerda que su niñez fue de las mejores épocas por las horas que jugaba fuera de casa, con sus amigos, donde aprendió a compartir, a decir gracias y ser empática.
¿Qué disfruta hacer al salir de la oficina?
Primero disfruto a mi familia, que es lo más reconfortante, porque pasamos muchas horas en una oficina y en muchos lugares. Es agradable llegar a casa y abrazar a mis hijos. Tengo dos, un niño que va a cumplir 15 años y una de tres años; son mi alegría, mi motor y disfruto estar con ellos, sobre todo ver películas.
¿Cuáles son sus favoritas?
Pues las animadas, por la niña tengo que ver películas animadas; pero las que más disfruto son las de aventura y las policiacas, ya sea en el cine o en casa.
El cargo que tiene implica mucho tiempo en la oficina, ¿cómo le hace con la familia?
Sí, es complejo, porque ser miembro del Servicio Profesional Electoral del INE demanda mucho tiempo. Hay diferentes niveles del servicio de carrera en el instituto y digamos que yo estoy en el puesto más alto; la desventaja es que debemos estar a disposición y movernos al lugar en donde se necesite personal.
“Inicié en Tamaulipas, pero también he estado en Zacatecas, Ciudad de México, Guanajuato, Sonora y ahora nuevamente en Tamaulipas; ha sido un trabajo complejo para mis hijos, en el caso particular del niño, porque la primaria la hizo en tres lugares diferentes; la secundaria en dos y esos cambios representan problemas, que debo atender de manera muy personal.
“Hay comprensión y comunicación, pues saben que cuando necesitan a su mamá va a estar presente y también el acompañamiento de mi esposo es indispensable”.
¿Qué hace en los ratos libres?
Es poco tiempo el que pasamos juntos, pero regularmente los fines de semana viajamos. Nosotros somos de Monterrey, entonces hemos procurado mucho que la distancia no sea motivo para estar lejos de la familia; viajamos con mucha regularidad a Monterrey, de lo contrario vamos a algún parque o centro comercial. Lo importante es pasar tiempo juntos. Yo hago todo el esfuerzo para que ellos tengan mi atención y no llevar presiones a casa, porque se trata de jóvenes, que están en pleno crecimiento y requieren del acompañamiento de los padres.
¿Va al súper?
Sí, no con frecuencia, porque no es de mis actividades favoritas, pero sí voy, aunque trato de evitarlo. La verdad es una manera de cuidarme, porque cuando voy al súper compro cosas que no necesito y es una forma de protegerme.
¿Cocina?
No mucho, por el tiempo, pero sí me gusta, tampoco soy muy buena cocinera, por lo mismo que no practico mucho, pero sé hacer muchas cosas, me gustan mucho los antojitos y los tamales, creo que mi familia los disfruta conmigo.
¿Practica algún deporte?
En este momento no, hubo un tiempo en que caminaba y trotaba; mi meta era correr 5 y 10 kilómetros, pero el trabajo y los cambios de residencia me han impedido desarrollar el deporte.
¿A qué hora comienza su día?
Muy temprano, porque los niños van a la escuela. A mí me toca hacer el lonche y me turno con mi esposo para llevarlos. No muy seguido como en casa, ya que en el INE no tenemos horario, pues se atienden muchos proyectos.
¿Le gusta leer?
Sí, regularmente novelas. Ver televisión y leer para mí son como distraerme, hacer a un lado el trabajo y disfrutar de la lectura.
¿Tiene algún pasatiempo?
Platicar y tomar café con mi familia y amigos, porque me encanta el café, es de las pequeñas cosas que disfruto mucho, así como visitar Pueblos Mágicos, me encanta conocer su historia, incluso tengo pendiente ir a El Cielo.
¿Cómo recuerda su niñez?
Desde muy pequeña estaba en el coro de la iglesia, entonces, eso marcó mi vida en la forma de ver las cosas, porque aprendí la vocación de servir, por eso trabajo en el INE y es algo que disfruto mucho. Me defino como católica liberal.
¿Qué es lo que más disfrutó de su niñez?
Los juguetes, como los juegos de té; pero mis juegos favoritos eran los de la calle y con mis amigos: stop, la pirinola y el bebeleche. Todo lo que se trate al aire libre, creo que esos juegos de niños en grupo nos hacían tener otra visión diferente del individuo, te enseñaban a compartir y decíamos gracias.
¿Para las mujeres es más complicado desempeñarse en cargos como el que ocupa?
Sí, pero mi mamá nos educó para ser libres. Cuando entras al ámbito laboral te encuentras con prejuicios hacia la mujer, pero lo he sabido sobrellevar, no imponiendo, porque no todos están preparados para recibir órdenes de la mujer y creo que no se construye confrontando al otro género.
¿Qué está leyendo?
Actualmente estoy leyendo Matar a un ruiseñor, de la autora Harper Lee.