Cocino gorditas de harina y bailo hasta cuando hago ejercicio: René Bejarano

Entrevista

Aficionado al cuidado de animales en casa, el profesor se declara “líder natural” y recuerda que ganó su primera campaña en la Normal, para la Sociedad de Alumnos, llevando serenata.

El maestro cultiva el ascetismo: no fuma ni toma alcohol. “Vino tinto, muy de vez en cuando”. (Juan Carlos Bautista)
Francisco Mejía
Ciudad de México /

René Bejarano se arrastraba pecho tierra. Apuntando hacia adelante con los dedos en forma de pistola o con un palo. En su mente iba la idea de hacer la revolución. Su lucha era contra el reformismo y sus elecciones. En su cabeza iban y venían Carlos Marighella con su Minimanual del guerrillero urbano y Robert Taber con su opúsculo La guerra de la pulga, que había dejado bien escondidos en casa.

Sobre esa preparación para la guerrilla se le pregunta cuál era su modelo para México, si el chino o el soviético: “Yo pensaba en una insurrección tipo cubana”.

Era la década de los 70, todas las mañanas salía a temprana hora de su casa rumbo a Indios Verdes, donde recibía instrucción en defensa personal, teórica y de manejo de armas.

Eran tiempos distantes de cuando se le conoció como El Señor de las Ligas. Y no precisamente por su afinidad a la Liga Comunista 23 de Septiembre y su lectura insaciable del periódico Madera en su casa de Martín Carrera, en Gustavo A. Madero, sino por las otras ligas.

¿Eras de la guerrilla?

Me invitaron el Partido de los Pobres de Lucio Cabañas… nos daban preparación física, nos invitaban a entrenarnos, a prepararnos para la revolución, eso era lo que queríamos.

¿Tus políticos mexicanos?

Demetrio Vallejo Martínez, Alejandro Gascón Mercado y Andrés Manuel López Obrador. A AMLO por su trayectoria, entrega y compromiso que ha tenido, y por la historia que está por hacerse.

¿Admiras al electo?

Hay un reconocimiento a su trayectoria, no es un hombre perfecto. Soy responsable al emitir críticas, hay un refrán que dice: “Hay que pensar todo lo que se dice y no decir todo lo que se piensa”. Por prudencia política.

¿Cuál sería el sentimiento de él a tu persona?

La política a veces impide que se expresen con claridad los sentimientos, pero yo no trabajo por reconocimientos ni para que nos hagan estatuas, sino para satisfacción personal y colectiva.

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Bejarano lleva sus recuerdos a la época cuando entró a la Normal, en septiembre de 1971: “Pasé el examen, ingresé y me invitaron a participar en las elecciones para jefe de grupo y la Sociedad de Alumnos; como tenía un liderazgo natural, me involucré”.

Fue cuando pensó en que los regalos ganan adeptos. “Al hacer campaña se me ocurrió llevarle serenata a las jefas de grupo, fue mi primera campaña y mi primer recorrido por la ciudad y ganamos la elección”

¿Regalos por votos?

Es la satisfacción de una acción, es lo que da alegría y es lo que permite vivir.

¿Por qué el magisterio?

Uno, por razones económicas, en la Normal había becas; yo fui secretario de Becas en la Sociedad de Alumnos y ahí me hice gestionándolas; segundo, porque saliendo de la Normal, se tenía trabajo.

¿Cómo era su familia?

Éramos siete hermanos y mi papá trabajaba con un salario en un puesto modesto en la Secretaría de Salubridad y Asistencia. No teníamos dinero para más en la familia. No festejábamos cumpleaños ni santos ni Navidad, solo teníamos dos festejos al año: Día de Reyes y Día del Niño

¿Guisas?

Sí, sé hacer pan y gorditas de harina, porque mi papá fue panadero.

¿Tu madre?

Estoy escribiendo la historia de mi mamá. Ella cumple en noviembre una año de fallecida, murió a los 99, fue de origen rural y vivió en Acatzingo, Puebla: fue una gran mujer. Estoy escribiendo su historia, que en parte es la mía, la de mi familia.

¿Qué leías de joven?

Mi primer libro fue el Manifiesto del Partido Comunista, me lo regalaron

¿Una frase?

Un fantasma recorre Europa, el fantasma del comunismo...

¿Pareja?

Convivo con Dolores (Padierna), con mis dos hijas, voy a ser abuelo en mayo próximo. Tengo mucha afición al deporte, me gustan mucho la música, bailar…

¿Películas?

Las mexicanas, como las de Luis Buñuel o Ismael Rodríguez; claro, los clásicos de Akira Kurosawa o la más reciente de Milos Forman.

¿Última vez que bailaste?

Bailo hasta cuando hago ejercicio. Hace poco pusieron canciones de Los Ángeles Azules y bailé ahí con las compañeras.

En casa, el maestro casi cultiva el ascetismo: no fuma ni toma alcohol. “Vino tinto, muy de vez en cuando”. Y en sus preferencias caseras, cuida a sus animales: canarios, pericos australianos, palomos, peces de agua dulce y de agua salada, seis gatos, tortugas y perros. “Hasta un puerco tenía, lo acabo de donar, porque ya no podía estar ahí: un minipig pirata”.

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