En Jalisco, 45.8 por ciento de las mamás son económicamente activas, de estas el 32.6 por ciento perciben entre uno y dos salarios mínimos y el 7.2 no reciben remuneración por su trabajo.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), del INEGI, al cuarto trimestre de 2018, 69.9 por ciento de las mujeres de 15 años o más son madres. De esta población, la mayoría se casaron (59 por ciento), estudiaron hasta la secundaria (33.7 por ciento), tuvieron entre 3 y 5 hijos (44.9 por ciento), y tienen más de 60 años (23.22 por ciento).
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Son tiempos en los que la mayor parte de las mujeres sale a trabajar. Muchas por necesidad, algunas por gusto o por desarrollo profesional.
Las madres que combinan trabajo fuera de casa con la crianza de sus hijos son más proclives a conservar la salud mental que las que se dedican de tiempo completo a las labores de la casa y a los niños.
En entrevista, la Dra. Norma Alicia Ruvalcaba Romero, profesora investigadora del Departamento de Clínicas de la Salud Mental del Centro Universitario de Ciencias de la Salud de Universidad de Guadalajara (CUCS), dijo que existen infinidad de estudios que prueban que las madres de tiempo completo sufren estrés emocional mucho más intenso: “Hay niveles que tienen que ver con la motivación, incluso, en la que promueven en sus hijos. Independientemente del nivel socioeconómico, hay familias en las que necesitan que la mamá trabaje y hay familias en las que no, pero aún si no lo necesitan y, la mamá se queda en casa, de todas maneras hay este indicador de más depresión, de más ansiedad, de más desgaste emocional y, sobre todo, de más percepción de conflicto familiar”.
La académica detalló que el bienestar psicológico de las madres es medular para los procesos de crianza eficiente y para prevenir problemas sociales.
“Los asuntos de violencia tienen mucho qué ver. Hemos visto que el embarazo en niños se da mucho más cuando la comunicación con su mamá no es de tipo afectiva. Un factor de riesgo específico para que los niños varones inicien con el consumo de drogas es que la mamá esté deprimida. Porque entonces no hay quién le enseñe al niño a regular las emociones. Ahí encuentra las drogas y con ellas una forma de regular lo que siente”, agregó.
La encuesta también revela que en el estado los menores coincidencias se dan en mujeres que tienen más de 6 hijos (12.8 por ciento), madres de entre 15 y 19 años de edad (13.9 por ciento), solteras (10 por ciento) y no han terminado la educación primaria (15.7 por ciento)
Para lograr el equilibrio en las madres de familia, la sociedad tiene que ser la parte moderadora: “Una parte importante es el soporte social que puede tener esta mujer que está criando y además está desarrollándose en un ámbito laboral o en su carrera profesional”.
“Mientras más soporte social tengan, esos indicadores se van a afectar menos y, por ende, su crianza va a ser mejor. Las mamás que están en casa, pero que están deprimidas, están con niveles de estrés muy altos y no tienen esos escapes, al final su crianza no es tan eficiente, aunque estén ahí en casa”, señaló.
La investigadora resaltó la importancia de cuidar el estado psicológico de las madres para que puedan acceder al soporte social. Que sean apoyadas por su pareja, familia nuclear, hermanos, padres, compañeros, vecinos amigos.
Otro aspecto a tomar en cuenta es la presión social. La estudiosa segura que hay muchas mujeres que se vuelven madres por presión social, no porque realmente tengan el deseo de tener hijos.
“Tendríamos que ver por ese derecho de no tener hijos. Ahora hay muchos chicas de 20 o 25 años, una gran cantidad de jóvenes que están decidiendo no tener hijos. Va a ser una nueva forma de familia que estamos formando. Están en su derecho. Es mejor decidir ‘no quiero’, a hacerlo y traer a sufrir a un hijo con emociones negativas y de culpabilidad”.
MC