Las banderas multicolor ondean, mientras la música a todo volumen anuncia la fiesta, la diversidad; las miradas pausan el paso de los más de seis mil asistentes a la decimoquinta edición de la Marcha del Orgullo LGBTTTI.
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El recorrido inicia al medio día, en un monumento emblemático: el Hemiciclo a Juárez, piedra sobre la separación entre la Iglesia y el Estado.
Poco a poco se suman quienes integran este contingente; algunos en plataformas, otros más en vehículos particulares, los más caminan con banderas en mano, con algunas coronas y figuras de unicornio.
El andar comienza: toman avenida Hidalgo, en su cruce con Isidro Fabela, para llegar hasta el primer cuadro de la capital mexiquense; conforme avanzan, el asombro y el respeto.
La fiesta se vive. La música acompaña recorrido, baile y alegría; también las consignas: el matrimonio igualitario, la ley para el reconocimiento de la identidad genérica, la no discriminación. Contra los crímenes de odio.
En medio del contingente, el color verde sobresale, como una muestra del apoyo del grupo al derecho de un aborto seguro y gratuito.
15 años después
Luego de 15 años se escucha que cada vez existe una mayor apertura, la sociedad se suma a sus exigencias, aunque las exigencias son las mismas y continúan, pues persiste el retraso cultural y legislativo.
A las 14:30 horas arriban a la Plaza de los Mártires y ahí, en medio del júbilo, a días de la posible dictaminación del matrimonio igualitario, la comunidad recuerda a uno de sus más significativos activistas: Israfil Filos Real, quien murió este año.
LC