Don Donaciano Jacobo, un hombre de 84 años de edad, acudió a vacunarse con su esposa de 83 años, la mujer iba en silla de ruedas y escasamente podía hablar, pues tiene los daños de una parálisis facial que le afecta desde hace tiempo.
Aunque llevaban ventaja por ir en silla de ruedas, el hombre prefirió formarse para no molestar a los demás, en las filas que se registraron afuera de la Preparatoria Oficial de León.
Juana Valadez es el nombre de la mujer con la que don Donaciano, procreó siete hijos, ambos son vecinos de la colonia Villanueva.
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Los dos se dijeron contentos de que ya se iban a vacunar porque esto representa una nueva esperanza de vida. Los adultos mayores fueron acompañados por una de sus hija, ya que doña Juana se encuentra delicada de salud con una parálisis de medio cuerpo y no puede moverse por cuenta propia. Él está sano.
“Bueno, a lo que dicen para mí está muy bien eso, por eso estamos aquí porque nosotros ahora sí que ya estamos en las últimas, cuando menos vivir otro tanto tiempo ya lo que el jefe diga. Una maravilla para mí todavía tenerla y traerla a lo que cumpla la ley".
Mencionó que no quiso molestar a nadie por lo no pasó como adulto con prioridad a la hora de las vacunas, aunque los servidores públicos estaban dando acceso a las personas que iban en silla de ruedas.
Sin embargo, momentos después fueron por ellos y una de sus nueras, también de la tercera edad, los llevó adentro para que les tocara el turno de su vacuna.
Aunque el señor se mueve en transporte público, esta ocasión la pareja, que tiene más de 63 años de casados, llegó a la vacunación en un vehículo acompañados de sus familiares.
El hombre además contó que ya está jubilado, pero que en sus tiempos fue zapatero, mesero y hasta bolero, pero que de unos años a la fecha sólo se dedica a su esposa.