Uno de cada cuatro alumnos de bachillerato en Tamaulipas no termina sus estudios, situación que según organismos no gubernamentales, aumenta su vulnerabilidad frente al riesgo de caer en actividades criminales.
Un informe de la Secretaría de Educación Pública (SEP) señala que la eficiencia terminal en el nivel medio superior es del 74.7% en la entidad, pues los jóvenes abandonan la escuela o reprueban y quedan fuera.
El reporte detalla que en Tamaulipas había 989 mil 999 alumnos entre hombres y mujeres en educación primaria, media y media superior, según datos recabados en el ciclo 2020-2021, los últimos disponibles.
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La eficiencia terminal permite conocer el número de alumnos que concluyen un nivel educativo de manera regular. En secundaria es del 85.7% y en primaria 96.4%.
El Centro de Desarrollo Humano Salvador Uribe, organización radicada en Tamaulipas que forma parte de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), advierte que, sin poder estudiar y con la necesidad de trabajar, crece el riesgo de que los menores sean presa fácil para diversos tipos de reclutamiento.
Afirma que el estado es un territorio fértil para múltiples violencias y que en los últimos años se descuidó la política social y aumentó la pobreza.
El organismo apunta que a los datos de la SEP se suma la cifra de quienes nunca se inscribieron. En ese sentido, la cobertura es del 99.1% en primaria, 91.8% en secundaria y 76.7% en el nivel medio superior.
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“Ello significa que hay un 1%, un 8% y un 13% de niñas y niños y sobre todo adolescentes y jóvenes que ni siquiera están inscritos, que no tienen acceso a educación”.
Respecto a los estudiantes de preparatoria, reitera que son muchachos que se van quedando fuera del sistema educativo, con todo lo que eso implica en sus proyectos a futuro, porcentajes que tienen rostros y vidas “y que parece poco, pero es mucho”.
El Centro de Desarrollo Humano añade que la entidad en los últimos años “tuvo cambios que se relacionaron con descuido de la política social y el influyentismo en instituciones clave”, lo que pudo haber impactado en programas que atacan la pobreza.
SJHN