Acatzin Benítez Salgado, estudiante de 21 años originario de Tejupilco, Estado de México, fue elegido como uno de los 100 jóvenes a nivel mundial para convertirse en educador del espacio. El mexiquense viajó una semana a la National Aeronautics and Space Administration (NASA) por sus siglas en inglés, para continuar con su preparación y aleccionar a la población sobre temas del espacio.
En entrevista con MILENIO Estado de México, el joven originario de Tejupilco precisó que durante una semana acudió a Estados Unidos a recibir una intensa capacitación para divulgar el estudio del espacio. En este sentido, las lecciones fueron impartidas por el Centro Espacial Johnson de la NASA, en Houston, Texas, y el propósito fue formarlo como Educador del Espacio para México durante un año.
“Está bastante padre porque no solamente me doy cuenta de que sí se puede, sino que también hay apoyos y realmente, si hay constancia y perseverancia, puedes lograr despegar tus sueños hacia las estrellas”.
Su ingreso no fue sencillo, ya que previamente participó por una beca y, en total, fueron 100 las personas elegidas para este propósito; de ellos solo tres son mexicanos.
“Como educador del espacio realmente me abren las puertas, no solamente aquí que tuve la oportunidad de conocer a otros ingenieros de la NASA, más educadores y demás, pero también me llevo el compromiso y la responsabilidad de ahora ser yo quien acerque a más personas, a más niñas y jóvenes, porque realmente el espacio tiene espacio para todos”.
¿Qué hará?
El estudiante de ingeniería biomédica de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex) cursa su último año y ha tenido oportunidad de participar en otros procedimientos relacionados con el espacio y la salud de los tripulantes de una nave.
“De dos años para acá he tenido cierto acercamiento con el sector espacial, particularmente con la medicina, los cambios fisiológicos, anatómicos y demás que se dan en el espacio, mi área engloba la parte de tecnología médica aplicada al espacio, entonces puede desarrollarse y aplicarse a ese tipo de actividades a partir del concepto de beneficiar o mejorar la estancia de las personas, los astronautas, tanto en el espacio como en la Tierra”.
Acatzin también tiene experiencia en una misión análoga con destino a Marte, es decir, una simulación de un viaje tripulado que permitiría monitorear los signos vitales de los viajeros.
“Además este acercamiento a las misiones análogas que van desde la simulación de un viaje tripulado a un cuerpo celeste. En mi caso fue Marte, tuve la oportunidad de estar en Hábitat Brasil en 2020, en 2021 la principal labor que tuve fue el monitoreo continuo de los astronautas en un entorno hostil y tenemos la parte de salud, nutrición, ejercicio, también la utilización de electrocardiogramas, precisamente para estudiar la parte del ejercicio autónomo”.
Dentro de su experiencia científica, aquella misión análoga de Benítez “con destino a Marte”, fue en 2021, un ejercicio realizado en Mojave, California, y su objetivo fue el estudiar la presión fisiológica y psicológica de larga duración en los astronautas.
“Monitorear los signos vitales de los astronautas mañana, tarde y noche y además desarrollar protocolos de seguridad, de salud, de bienestar, incluso por esta parte de nutrición, psicología, ejercicio. Entonces a través de estos protocolos se nos permitió mantener la salud de los astronautas, desde fisiológica hasta psicológicamente”.
Asimismo, realizó un proyecto de investigación que tenía como objetivo analizar la variación de la frecuencia cardiaca. Con esta información se obtuvieron indicadores de esteras y riesgos cardiovasculares de los tripulantes.
Con este antecedente es que fue seleccionado para ser divulgador de las ciencias espaciales. “Recientemente tuve la oportunidad de estar en Houston, en el Centro Espacial Johnson, de la NASA, donde recibí la capacitación intensiva como educador con la intención de divulgar todas las ciencias espaciales, particularmente cohetes, rovers, trajes espaciales, misiones espaciales, la misión ‘Artemia’ que se va a encargar de posicionar a la primera mujer en la Luna, entonces tengo toda esta parte de educar o ser como el vínculo de la juventud, niños y profesionistas mexicanos y mexiquenses en esta parte del espacio”.
Su trabajo como educador del espacio contempla acercar a más niños y jóvenes, para que desde el kínder, primaria, secundaria o preparatoria sean conscientes de que pueden sumarse a este sector. La ventaja que posee es que, al tener experiencia, los aprendices podrán conocer los pormenores.
“Es increíble, además de que (su labor de educador) les da un panorama diferente y también habilidades que muchas veces es difícil adquirir, no porque no podamos sino porque no conocemos cómo andar por ese el camino, mi labor es precisamente mostrar que se puede”, explica.
A través de sus programas, al igual que las clases de inglés desde kínder en las escuelas, tanto públicas como privadas, son para que los niños se den cuenta y empiecen a relacionarse a temprana edad, para que cuando ya sean los mejores ingenieros ya estén posicionando a México o América Latina en el sector espacial”.
El reto del joven no se limita a sus viajes a Estados Unidos, ya que en mayo próximo acudirá a Reino Unido a una capacitación adicional que le permitirá trabajar junto con otros ingenieros en la primera misión análoga de ese país.
El estudiante de 21 años comentó que ya conoce el comportamiento humano en situaciones de confinamiento, estrés, aislamiento y de interacción con otras personas en un espacio reducido.
“Es muy similar entonces, el espacio donde van a estar es una cápsula, estarán en completo aislamiento y precisamente es estudiar cómo estas personas se adaptan. El beneficio que yo veo ahora es que como ya estudié en Estados Unidos, al estar en Europa voy a poder hacer una comparación de cómo es la población de allá y cómo es la población de aquí, entonces al final se integra y sale como una investigación más válida y con otro tipo de beneficios”.
Buscan impulso nacional
México es un país incipiente en lo que refiere a la tecnología aeroespacial, pero estudiantes y especialistas buscan los mecanismos para incrementar su popularidad en este ramo.
En el futuro este joven podrá hacerlo, toda vez que forma parte de la división de Medicina Aeroespacial de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con quienes trabaja en el desarrollo de un robot.
“Es el primer robot dedicado a la medicina aeroespacial en México, pero también tenemos la parte de educación y también la parte de aviación, que estoy empezando con prototipos de aviones, entonces pertenezco ahí desde hace casi dos años y estamos haciendo constantemente actividades de educación, entre otros”.
También destacó que recientemente se presentó la “Misión Colmena”, considerada la primera misión lunar mexicana enfocada a distribuir cinco robots que van a llegar a la superficie lunar, se distribuirán e integrarán un panel solar.
Finalmente, hizo un llamado a que los mexicanos que participen en este tipo de proyectos, y regresen a su tierra de origen para que a futuro puedan hacer la primera misión espacial análoga aquí en territorio nacional.
MMCF