El acuífero del Valle de México es la principal fuente de abasto de la capital y se agotará en los próximos 40 años, por lo que ante los fenómenos meteorológicos extremos como sequías e inundaciones requiere de un cambio de paradigma en la gestión el agua y una inversión adicional de 97 mil millones de pesos, advirtieron especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“Se requieren acciones específicas para los próximos 15 años, para lo que se requiere 97 mil millones de pesos para revertir los síntomas de inseguridad hídrica del Valle de México con miras a transformación, hacia un manejo sustentable del agua, si esto no se da, nos va a llevar el tren a todos juntos”, señaló la doctora Marisa Mazari Hiriart, coordinadora del Seminario Universitario de Sociedad, Medio Ambiente e Instituciones de la UNAM.
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Fernando González Villarreal, coordinador Técnico de la Red de Agua de la UNAM, quién fue el primer director general de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) sostuvo que si no se tiene el financiamiento, y sin un nuevo esquema de gobernabilidad del manejo de la cuenca, no será posible llegar a la seguridad hídrica en el Valle de México.
Por lo que señaló que ya que el acuífero se agotará en las próximas cuatro décadas si se sigue con el ritmo de consumo actual, ya que se extrae 2.5 veces más agua de la que se recarga de manera natural, por lo que también destacó que se requieren nuevas fuentes de agua.
“Nuestro acuífero, el tesoro que tenemos en el subsuelo de este valle, tenemos un enorme almacenamiento que según hemos hecho cálculos, tenemos para 40 años si seguimos el ritmo de sobreexplotación que tenemos hoy; entonces llegaríamos a agotarlo en 40 años, pero este acuífero tiene agua almacenada desde hace 30 mil años.
“Necesitamos una nueva cultura del agua que aprecie el valor del recurso, estimamos un costo total de 97 mil millones de pesos en 15 años, que nos da un nivel de inversión anual de 7 mil millones de pesos, que no es excesivo comparado con lo que hemos venido invirtiendo en el pasado”, explicó González Villarreal, también director del Centro Regional de Seguridad Hídrica, auspiciada por la Unesco.
El también presidente fundador del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) destacó que además, el Valle de México necesita otras fuentes de agua, por lo que se proponen tres que ya cuentan con estudios de factibilidad técnica: Temascaltepec aportaría 5 m3/s; Tecolutla-Necaxa, proporcionaría un caudal para abastecimiento de 11.3 m3/s y el Acuífero de Valle del Mezquital aportaría un caudal estimado de 9 m3/s.
Expertos de la Red de Agua de la UNAM, el Centro Regional de Seguridad Hídrica -bajo los auspicios de la Unesco-, Agua Capital y Fondo del Agua de la Ciudad de México, lanzaron el acuerdo por la Seguridad Hídrica del Valle de México, que se compone de 14 propuestas con soporte técnico y metodológico para su implementación con miras hacia el año 2040,
Destacaron que se requiere de una inversión estimada de 97 mil millones de pesos adicionales, que se sumaría a los fondos ya asignados para la operación y mantenimiento de infraestructura existente, así como a otras acciones implementadas por los diferentes niveles de gobierno.
Sobreexplotación del agua podría generar microsismos
Fernando González Villarreal destacó que la sobreexplotación de los acuíferos ha provocado hundimientos diferenciales en diversas zonas de la ciudad, lo que podría estar generando esfuerzos que propicien la aparición de agrietamientos que podrían ser la causa de los microsismos.
El impacto será directo en el abastecimiento del Valle de México, pues los acuíferos son la principal fuente de agua (brindan el 67 por ciento del recurso que utilizan en la región), además de que ya acarrean otros efectos, como el hundimiento del suelo que afecta no solo la infraestructura del centro del país sino que también propicia socavones y agudiza los microsismos.
Al presentar el informe: Perspectivas del agua en el Valle de México. Propuestas hacia la Seguridad Hídrica, el doctor Eduardo Vázquez Herrera, director Ejecutivo en Agua Capital, dijo que abastecer a 23.6 millones de habitantes resulta un reto vigente y futuro no solo por la situación de los acuíferos sino también por los problemas que existen con las otras fuentes de agua que abastecen al Estado y la Ciudad de México.
“La disponibilidad de aguas superficiales ha ido reduciéndose con el tiempo ante el crecimiento poblacional, falta de planeación urbana, poco ordenamiento poblacional y deforestación”, explica.
A la par, la calidad del agua se ha ido deteriorando con el paso de los años, impactando aún más en las reservas disponibles.
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HCM