En la localidad Ojo de Agua –donde quienes podían abrían fosas sépticas y otros defecaban al aire libre–, la instalación de una planta de tratamiento de aguas residuales (PTAR) descentralizada mejoró la vida de 40 hogares en la manzana, pues además de reducir el foco de infección, ahora reutilizan el agua en la agricultura, lo que permite extender la vida útil de sus pozos de agua potable.
“Como vecinos de esta manzana tomamos la iniciativa de hacer una fosa de oxidación por el foco de infección que acá se presentaba, había personas que teníamos una fosa en casa pero la problemática es que se llena (...) Entonces metimos una solicitud al municipio para que saliera el apoyo y ya al tener esto pues se hicieron las conexiones de las casas de baño, es un gran beneficio”, señaló Rosa Ubaldo, vecina del lugar.
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Fue en 2019, cuando el Fideicomiso de Infraestructura Ambiental de los Valles de Hidalgo (Fiavih) construyó una planta en esa comunidad, con una inversión cercana a los 2 millones de pesos, que en promedio, procesa 2 litros por segundo o 200 mil litros diarios.
La tratadora forma parte del Programa de Saneamiento Integral del Municipio de Tepeji del Río, Hidalgo, un sistema de 22 plantas descentralizadas impulsadas por el Fiavih con recursos del gobierno del Estado, bajo las guías de la Organización Mundial de la Salud y con respaldo de la Universidad de las Naciones Unidas, un proyecto prototipo en América Latina que opera desde 2012 en el municipio.
Sin embargo, la actual administración de la Comisión de Agua y Alcantarillado –a cargo de Omar Bravo Bárcenas–, ha abandonado la operación y mantenimiento de las plantas y emprendido una campaña de desprestigio, acusó Carlos Antonio Paillés Bouchez, titular del Fideicomiso.
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“Cuando se hizo la entrega de las plantas a la Comisión de Agua municipal se le entregó el costo y representa el 1% de su presupuesto. Hemos hecho múltiples invitaciones a la presidencia municipal para que se haga cargo por completo de ello y lo ha tomado a medias, y ha iniciado una campaña contra nosotros diciendo que son plantas que no funcionan”, expresó a MILENIO, Carlos Paillés, frente a una de las plantas.
A pesar de ser quién impulsó este programa, la Comisión de Agua municipal negó el acceso al ingeniero Paillés para presentarla a integrantes de Greenpeace México, organización que sugiere replicar este modelo descentralizado de tratamiento de aguas residuales, para el rescate de la cuenca del Valle de México.
“Esto nos permitiría una eficiencia más fuerte en cuanto al tratamiento y reaprovechamiento también y sobre todo evitar la exportación del agua sin tratar a otras demarcaciones en este caso de la propia cuenta o más allá de ella”, dijo Carlos Samayoa, coordinador de Ciudades Sustentables de Greenpeace.
En el recorrido que el fideicomiso ofreció a Greenpeace a finales de julio, funcionarios y personas a bordo de vehículos oficiales de la comisión se apostaron en las plantas, escucharon las explicaciones ofrecidas por representantes del fideicomiso y tomaron fotografías, pero se negaron a exponer algún punto; MILENIO solicitó entrevistarlos, a lo cual se negaron.
“Quieren que se vuelvan obsoletas para dejarlas de operar, esa es su estrategia. El presidente municipal y el director de la comisión fueron anteriormente directores de la Comisión de Agua en Tula y de la Comisión de Agua aquí y nunca hicieron una planta de tratamiento. Ya hay 22, falta por hacer otras 18 y nunca han hecho planta”, lamentó Paillés.
Agricultor muestra cosecha de ajos, regada con aguas procesadas en su misma comunidad. | Foto: Fanny Miranda
Destacó que “este sistema de plantas descentralizadas es el que se está usando en el 80 por ciento en Europa, Estados Unidos y en el mundo porque ya no hay espacios para las famosas macroplantas o plantas de tratamiento”.
El funcionamiento de las PTARs de Tepejí se monitorea con sensores validados por la comunidad europea y con registros en tiempo real en la Universidad de Twente en Holanda, por lo que dos de sus especialistas harán una segunda evaluación en campo en septiembre próximo, por lo que el fideicomiso solicitó al presidente municipal que reasuma sus obligaciones, “reparar los daños realizados y abrir las puertas a los expertos que vendrán, asesorándose de ellos para atender los graves problemas de saneamiento y de afectación al clima y al ambiente”.
El tratamiento descentralizado de aguas residuales es la práctica de ubicar plantas de tratamiento de agua en el sitio de demanda, por lo que es una alternativa de bajo costo y sostenible, en comparación con las grandes plantas de tratamiento que requieren kilómetros de infraestructura como la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales de Atotonilco, que recibe un caudal medio de 31.5 metros cúbicos por segundo y apenas procesa el 60 por ciento.
Ante la crisis climática que ha generado sequías extraordinarias, estas plantas descentralizadas pueden recuperar importantes volúmenes para su reuso para la agricultura, actividad a la que se destina el 75 por ciento del agua clara del planeta; mientras tanto, en Ojo de Agua, los agricultores también se benefician con el reuso de agua.
“Se está viendo que sí da resultado, porque mire ve el ajo como desarrollo antes sembramos y crecía así chiquito y ahora crece grande y bonito”, dijo Florentino Cuevas.
Además, estas plantas descentralizadas evitan enviar las aguas residuales a la presa la Requena, de la cual dependen 60 pescadores, que además se han visto afectados por la sequía.