Cuando se trata de mencionar a personajes de la vida de México que dejaron huella, retumban los nombres más populares y uno de ellos, aunque en menor medida, es el del mexiquense Adolfo López Mateos, una figura que era abogado de profesión, uno de los políticos más destacados de su época, pero también uno de los ex presidentes de México que más abogó por la educación y el progreso del país.
Tan solo en la ciudad de Toluca, Estado de México, cuenta con dos monumentos en su honor. El primero de ellos es la figura de su cabeza tallada en piedra sobre el cerro de Ciudad de Universitaria y el segundo es la Preparatoria número 1 de la Universidad Autónoma del Estado de México, la cual lleva su nombre.
Este 22 septiembre se cumplen 53 años de su fallecimiento y la ocasión permite recordar la obra del originario de Atizapán de Zaragoza. A decir del historiador, Emmanuel Almazán Hernández, la figura de Adolfo López Mateos es llamativa no solo en la política, sino en el ámbito académico.
Calificó como interesante la conexión que tiene el mexiquense con la UAEMex. En principio, él estudió parte de su formación académica en el entonces Instituto Literario Autónomo, posteriormente ingreso a la Escuela Nacional de Leyes y regresó para dirigir la que fuera su escuela.
En su gestión como presidente de la República y en el apogeo del “Milagro Mexicano”, echó mano de su capacidad para fortalecer a la ahora máxima casa de estudios en la entidad. “A él le toca todavía esta época de bonanza que le permite impulsar proyectos de infraestructura, apoyar en conjunto con el gobierno del estado la creación de la Ciudad Universitaria de Toluca; durante sus años en la década de los 60, que precisamente comienza por la falta de espacios de la universidad, se define que el gobierno estatal done un predio, que es el Cerro de Coatepec”.
El académico explicó que López Mateos fue un personaje preocupado en la vida política y pública por la creación de un instituto de salud para los trabajadores del estado, la creación del Museo Natural de Historia y el Museo de Arte Moderno.
Presencia monumental
Quizá la obra material que más evoque a este político es la efigie que se posa en el cerro de Coatepec, en Ciudad Universitaria, en Toluca. Se trata de un monumento de 60 toneladas de cantera, construido en 1972, obra de Adolfo Villa González; mientras que el segundo más popular podría ser la Preparatoria 1 de la UAEMex, ubicada en la vialidad Venustiano Carranza.
Almazán Hernández indicó que los monumentos sirven para recordar alguna situación, consulta o un momento determinado en la historia. En esta tesitura, el historiador de arte subrayó que si bien hay instituciones, edificios, recintos y programas que formaron parte del legado de López Mateos, lo cierto es que resulta necesario subrayar que hay elementos inmateriales que se suman a su legado.
“Como historiador y como leo los objetos históricos, entran en la categoría de monumento para recordar lo que hizo en vida, independientemente de lo político o económico, su legado va más allá”.
MMCF