La necesidad económica, tras un divorcio y quedarse al frente de la manutención de sus dos hijos, Adriana Ramos de 35 años de edad, emprendió el negocio de piñatas tradicionales, pero estas tienen una característica, pues el colorido de las misma alegran los momentos de la gente que las adquiere.
En entrevista con MILENIO Puebla, relató que fue en el 2015, cuando comenzó este camino, debido a que el papá de sus hijos decidió alejarse de su familia, por ello, junto con su mamá decidió la elaboración de piñatas tradicionales.
“En este negocio participamos mis dos hijos, mi mamá y yo; tengo dos jovencitos; el niño de 13 años y la niña de 11 que trabajan con nosotros, ellos también ponen sus ideas, ponen su creatividad en todo esto”, enfatizó la entrevistada.
Ante esto, aseguró que junto con su mamá planearon emprender algo diferente, algo que las identificara, por ello encontraron la intensidad del colorido en sus diseños.
En este contexto, indicó que al ser madre soltera, debe redoblar esfuerzos para generar más ingresos económicos, por ello indicó que este negocio también ha servido para que sus hijos se involucren en la elaboración de las mismas.
Compartió que esto inició como una aventura, por ello su primera producción fue de 20 piezas, en donde con una expresión de sentimiento, resaltó que sus primeros clientes confiaron en ella, pues las piñatas no eran perfectas, pero el colorido hizo que la gente las comprara.
La emprendedora recordó que cuando era niña le gustaba apreciar las piñatas de estrellas con sus picos, pero siempre buscaba que tuvieran colorido, pues para ella representa vida.
Refirió que en cada diseño deja su creatividad, por ello sus piezas son únicas, toda vez que se enfoca a brindar diseños diferentes, pero lo más importante que es transmitir alegría y emoción.
Adriana Ramos, expresó que su principal herramienta es la imaginación, debido a que tan solo con papel china y crepe hace que cada flor que coloca en el cascarón luzca y de vida, además es cuidadosa con las aplicaciones con los picos, el fleco y que estos sean atractivos.
“Le ponemos mucho corazón, cuando a uno le gusta o llega amar lo que hace, la verdad no es trabajo, al contrario le ponemos mucho cariño y cuando vienen las personas a elegir sus piñatas, la de siete picos las más vendida y los tradicionales burritos, además en todo el año nos piden especiales, ya sea para decorar o para fiestas como son 15 años”, resaltó.
Refirió que sus precios son desde 15 pesos la más pequeña hasta 450 la más grande.
Finalmente, comentó que se organiza para ser mamá y servidora de la nación, para salir adelante.
CHM