Con poca afluencia en el templo de La Villita, ubicada en el Paseo Bravo de la capital poblana, se celebró el 12 de diciembre a la Virgen de Guadalupe, pues en esta ocasión las familias no realizaron largas filas y tampoco se reportaron aglomeraciones en el santuario. La crisis económica y la pandemia del covid-19 marcan esta celebración tan importante para la Iglesia católica en México.
Durante un recorrido realizado por MILENIO Puebla, en comparación con 2019, previo a la pandemia, se pudo apreciar que desde las 6:30 horas los fieles católicos acudían a La Villita para realizar su petición a la Virgen de Guadalupe, no obstante, este día fue menos la afluencia de personas.
Desde los puestos de juegos mecánicos, alimentos y religiosos, así como los stands de fotografías lucieron con pocos interesados, debido a la crisis económica generada por la pandemia.
La fila para ingresar al templo de La Villita no fue larga, pues los fieles no esperaron más de cinco minutos. En el interior los feligreses realizaron sus peticiones a la “Morenita del Tepeyac”.
En entrevista con MILENIO Puebla, Jairo Becerra, feligrés católico, llevó a tres de sus hijos vestidos de “inditos”. Destacó que cada año acude a La Villita para cumplir la promesa con la Virgen, ya que su mayor petición es que su familia cuente con salud y la santa se lo ha cumplido: “Es un acto de amor y agradecimiento”, comentó.
Asimismo, los comerciantes de los diferentes artículos y alimentos destacaron que este 12 de diciembre reportaron un incremento de 20 por ciento en sus ventas en comparación con 2019, previo a la pandemia.
Artemia Sánchez, vendedora de artículos religiosos, precisó que las ventas fueron lentas, debido a los estragos de la contingencia sanitaria.
Por último, Marco Antonio Hernández, quien trabaja en un stand de fotografía, puntualizó que tampoco hubo mucha afluencia de gente.
CHM