Lizbeth Santana Díaz, representante de “Las Alacenas” ubicadas en la Plaza Fray Andrés de Castro en el municipio de Toluca, señaló que hasta el momento registran 30 por ciento en sus ventas y poco más de la mitad de los 62 negocios están abiertos; sin embargo, ahora con el semáforo verde esperan reanudar por completo las actividades.
“Vemos un poco más de gente, aunque ya estamos en verde, todavía hay un poco de miedo a consumir, hemos cumplido con todas las medidas correspondientes. Tenemos servicio en el lugar, pero los clientes pueden pedir para llevar sin problema”.
En las últimas semanas –recordó- las lluvias también han sido un factor en contra, porque con el frío la gente ya no sale y prefiere quedarse en casa. Al igual que la reducción de personas que acuden a pagar los servicios municipales.
Por ello, confió en que el regreso del personal de gobierno del Estado a sus oficinas a partir de esta semana y el regreso a clases las ventas incrementen, pues muchos de los trabadores o las personas que acuden a realizar trámites son sus principales consumidores.
“Con lo de las vacunas mucha gente tampoco ha venido, está más preocupada, por obvias razones, en alcanzar un lugar que en venir a almorzar o comer al centro”.
Asimismo, refirió que, pese a la escalada de precios de la canasta básica y la situación económica, se han visto en la necesidad de mantener sus precios para mantener a sus clientes. “Hemos preferido quedarnos con los mismos precios, aunque si han subido mucho la carne, la verdura, el pan y la tortilla”.
De los 62 negocios, incluyendo Las Palomitas que se ubican en el Portal Constitución, los que no han abierto en las últimas semanas, dijo, se dedican a la venta de dulces tradicionales y son administrados o atendidos por adultos mayores, quienes no han recibido ningún apoyo por parte de las autoridades, por lo que sus familias han hecho frente a las condiciones actuales.
“El gobierno no nos apoyó en ningún aspecto, en general sus familias son quienes se encargan de ellos”.
Recordó que estos espacios son concesionados por la autoridad municipal y no se pueden vender o traspasar, solo heredar de generación en generación, pero tampoco pueden cambiar de giro o venta de productos. “No se pueden ni vender, no se pueden traspasar, solamente se pueden donar de familia a familia, yo soy la tercera generación, primero mi abuelo, mi mamá y ahora estoy yo”.
Por último, Santana Díaz indicó que estos espacios que han dado identidad e historia al centro de la ciudad se resisten a morir, y recientemente cumplieron 150 años de ofrecer gastronomía local.
MMCF