A menos de 2.5 kilómetros de la carretera Guadalajara-Chapala, prácticamente frente al Aeropuerto Internacional Miguel Hidalgo, una planta de tratamiento de aguas residuales mejora en la medida de lo posible el vertido de aguas al Río Santiago, calificado como el más contaminado de México.
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Esta planta, administrada por la Comisión Estatal del Agua, limpia dos mil 250 litros por segundo, pero su capacidad no alcanza para tratar toda el agua posible. Ahora el gobierno estatal busca ampliar la capacidad de limpieza de la planta, y para ello se presentó al Congreso del estado un plan para que la empresa que maneja esas instalaciones pueda ampliar la capacidad de tratamiento y verter aguas más limpias al río. Impulsor del proyecto, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez charló con MILENIO JALISCO sobre esta propuesta, necesidades, y la potencial mejora del Río Santiago. La primera pregunta es sobre la obra que se puede hace en El Ahogado:
—¿Qué es? Para entender bien... —
“Es una de esas obras que como están en medio de la nada, la gente no las ve... no es un parque, o una unidad deportiva, pero es una obra de una relevancia extraordinaria”.
Alfaro Ramírez explica que “durante los primeros tres años y medio del gobierno hemos invertido una gran cantidad de dinero para el saneamiento del río más contaminado de México, que es el Río Santiago. Fue un compromiso importantísimo de mi gobierno.
“Son mil 600 millones de pesos estatales que hemos invertido en 17 plantas de tratamiento y en una enorme red de colectores para poder llevar las aguas negras, particularmente en este caso la Cuenca del Ahogado, el sur de la ciudad, hacia la planta de tratamiento de El Ahogado, que está frente al Aeropuerto Internacional de Guadalajara. “Pero como ya hicimos los colectores, y estamos llevando y conduciendo mucho más aguas negras, ahora el tema es que la planta ya no alcanza para tratar esa cantidad de agua. Tenemos que ampliar la planta para tener la capacidad de tratar mil litros por segundo más...”
—¿Cuántos se tratan hoy? —
“Dos mil 250 litros por segundo. Tenemos que meter mil más. Al hacer eso estaríamos elevando casi 30 por ciento la cobertura de saneamiento de esta que es una de las principales fuentes de contaminación del Santiago, particularmente en la zona media”.
“Nosotros -añade el gobernador- en la primera etapa de la administración nos concentramos fundamentalmente en la Cuenca del Zula y la parte alta del Santiago; pero ahora tenemos que trabajar en esta parte media, que es la que está junto en El Salto de Juanacatlán. Que todo mundo sabe lo que ahí pasa, y los olores, y lo que ahí está sucediendo.
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“Es una obra muy importante de saneamiento que nos va a permitir continuar con la agenda de saneamiento del Santiago. Pero igual de importante es que con el uso de la nueva tecnología esas aguas negras que hoy son un problema de salud pública, se van a convertir en aguas tratadas con un nivel, o con una calidad, que va a permitir que, al volver a entrar en un cauce natural, al estar ya conforme a la norma, puedan ser utilizadas para uso público. Particularmente para satisfacer la demanda del sector industrial. Y con eso le quitaríamos carga a lo que tenemos de agua para la población en Guadalajara”.
Para dimensionar el trabajo a realizar, Alfaro Ramírez explica lo siguiente: “Todo el esfuerzo que se ha hecho para poder habilitar el proyecto de El Zapotillo, y el sistema de presas de la red de El Salto-Calderón, le va a aportar a la ciudad, adicionales, poco más de tres metros cúbicos por segundo. 3.5 metros cúbicos por segundo. En total. Toda esa lucha y miles de millones de pesos. El sistema que estamos haciendo en El Ahogado, le puede aportar 2.6 metros cúbicos por segundo. Es decir, casi lo mismo que lo que estaríamos sacando del Río Verde. Y al sumar las dos cifras, estaríamos cercanos a los seis metros cúbicos por segundo adicionales para la ciudad, y estaría resuelto el problema de abasto de la ciudad para los próximos 50 años”.
El gobernador señala que “si logramos eso, habremos solucionado un problema que tiene 40 años discutiéndose, analizándose, que pasó por Arcediano, por el Crédito Japonés, por todas estas historias de gobierno que no fueron capaces de encontrar una solución, y a mí me da mucho gusto decir: Estamos en la orilla, porque ya las obras del sistema El Salto-Calderón están por iniciar, ya está el dinero para hacerlas, ya se resolvió el conflicto político de El Zapotillo, y ahora vamos a poder, con el sistema de tratamiento de El Ahogado, habilitar una nueva fuente de abasto para la ciudad, que son las que están haciendo las grandes ciudades del mundo”.
El mandatario estatal menciona que “la cultura de reutilización de agua, y el poder usar la tecnología para que las aguas contaminadas sean aguas limpias, puedan ser usadas de nuevo, es justo una apuesta de largo plazo que tiene que ver con salud pública, con sustentabilidad, y con darle viabilidad a la ciudad resolviendo el problema del abasto para las próximas décadas, y para las próximas generaciones”.
—¿Quién pone el dinero para la ampliación? —
“Lo que se logró es diseñar un modelo similar a la de la Línea 4, una propuesta no solicitada, con la empresa que ya opera, y eso fue antes de que yo llegara al gobierno; es decir, ya estaba contratada, es una empresa japonesa, que opera la planta de tratamiento de El Ahogado, que nos está proponiendo un esquema con el cual, con el pago que tiene que hacer la CEA del costo de tratamiento, se pueda financiar el proyecto de ampliación, que es más o menos de mil millones de pesos, y estaríamos ya el año próximo con la capacidad para poder tener esta segunda etapa operando, y con ello ya todo el proceso que nos va a permitir iniciar un proyecto de reutilización de agua, que tiene además ya un componente piloto que acaba de aprobar el Congreso estatal, con los industriales de El Salto, que ya hicieron un acuerdo para una primera etapa de la obra de aprovechamiento para el reutilización, que se va a convertir en el punto de partida para esta nueva etapa en la cual la ciudad de Guadalajara se va a poner a la vanguardia de este país, para poder usar las aguas tratadas, en las necesidades del sector industrial y con ello liberar presión al sistema de abasto para la presión de Guadalajara”.
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—Resulta frustrante invertir tanto dinero en el Río Santiago, y que no termine de notarse. —
“Ni se terminará de notar en años. Los procesos de saneamiento de un río son largos. Escuchaba cuál fue el proceso en el Támesis, fueron décadas. Pero lo que no podemos perder de vista es que al final de este gobierno vamos a tener un nivel de tratamiento de las aguas que se descargan al Santiago, que va a permitir ya tener la recuperación de nuestro río.
“La aspiración que tenemos es que con este esfuerzo. solamente lo que le aporta la Cuenca de El Ahogado, que es la más compleja, vamos a estar teniendo al final del sexenio capacidad de tratar como 96 por ciento de las aguas negras que de esa cuenca se descargan al Santiago. Imagínate lo que eso significa. Es decir, el saneamiento de los ríos no es como decreto. Son procesos largos pero que inician por dejar de echarle agua contaminada a lo que es parte de nuestro capital ambiental, en este caso el río”.
MC