Comerciantes que se instalan en el jardín de Analco acataron la disposición gubernamental de suspender sus actividades para evitar contagios por el covid-19, por lo que este domingo el jardín vacío lució su arquitectura.
En total tranquilidad y en un ambiente de paz que traslada a los años cuarenta, el Barrio de Analco lució vacío sin vida comercial, ni artesanal, pues los vendedores no se instalaron y el olor de antojitos mexicanos desapareció.
Durante un recorrido realizado por MILENIO Puebla, se verificó que los comerciantes de esta zona, que por años se han instalado en el jardín principal del tan reconocido barrio, no se instalaron.
Al recorrer el parque de esta zona se apareció la arquitectura con la que cuenta, por lo que en esta ocasión no hubo sonido de música con la que se alegraba la actividad comercial.
También el danzón se apagó, pues los integrantes de los grupos de la tercera edad están en sus hogares cuidándose para evitar el covid-19.
Cada pasillo de Analco hizo lucir y resaltar el ruido del agua de la fuente que en un fin de semana normal, por la actividad comercial y turística, no se aprecia. También se pudo apreciar la riqueza arquitectónica que tiene y sus bancas metálicas de color blanco.
Al fondo, la fachada de la iglesia, la cual está cerrada para evitar cualquier contagio por el virus y también obedeciendo a la disposición de la Arquediocisis de Puebla.
Es importante recordar que el pasado miércoles, el gobierno del estado, exigió a los 217 municipios retirar a todos el comercio informal del primer cuadro de la ciudad y de tianguis, por ello los vendedores de artesanías, recuerdos y comida, acataron la disposición hasta nuevo aviso.
Los comerciantes se instalan los días sábado y domingo, donde acude el turismo y los capitalinos a realizar sus compras y a consumir alimentos.
mpl