En 2020 y 2021 Ángel Arredondo Espinoza de 41 años sufrió dos infartos cerebrales, causándole pérdida de memoria y secuelas severas con las que tiene que lidiar cada día.
Derivado de su experiencia decidió darle un significado humano y formó “dandoydandoto2”, un grupo de voluntariados que se dedica a apoyar a quienes más lo necesitan.
De acuerdo con sus padres, hermanos y amigos, padeció de un trastorno depresivo severo cuando tenía 39 años, a causa de distintos hechos que pasaron en su vida.
“Mis padres me contaron que uno de mis mejores amigos que me conocía desde hace 15 años, me robó 150 mil pesos, las empresas en donde trabajaba iban en picada, estaba enojado con mis hermanos y tuve un rompimiento con mi pareja sentimental que detonó todo”.
Durante este proceso, Ángel tomaba depresores para el sistema nervioso central que le recetó su psiquiatra, ya que tenía periodos de cinco o seis días consecutivos sin dormir.
“En algún momento todas esas emociones te rebasan, tú no te das cuenta, crees que estás bien, crees que puedes, que vas adelante, pero no te das cuenta que esas cosas empiezan a afectarte”.
En diciembre de 2019, los dueños de la casa donde rentaba decidieron no renovar el contrato, por lo que a más tardar el 26 de ese mes tenía que conseguir otro lugar donde vivir.
“Mi papá me cuenta que el 24 antes de Navidad, llegó con mi mamá a la casa y no había empacado nada, yo les decía que tenía todo bajo control que no se preocuparán, ahí fue cuando se alertaron y me mudé con mi hermano Gabriel”.
Pero el 14 de enero de 2020 sus padres lo encontraron en una de las habitaciones de su hermano en estado espástico, convulsionándose y con vómito por todo el lugar.
“La cantidad de vómito que había en la habitación era impresionante, había en la cama, en la televisión, el techo, no había respuesta lógica de tanto vómito”, comentaron sus padres.
También presentaba golpes en la cabeza, espalda, costillas y pies, y aseguran que hasta la fecha desconocen que pasó ese día.
Después de ser trasladado al hospital Ángel estuvo en coma por 10 días y cuando despertó, los recuerdos de los 39 años se habían borrado.
“Todo se me perdió y gracias a mi celular tengo un poquito organizado quién soy, que hacía, a qué me dedicaba, en mi computadora tengo carpetas con los nombres de amigos, ex novias, trabajos, tengo organizado todo por secciones”.
Sin embargo, el segundo infarto cerebral fue el 4 de abril de 2021, un día antes de su cumpleaños.
Tras una serie de estudios médicos, determinaron que sufrió hipoxia cerebral por la falta de oxígeno que sufrió por ahogarse con su propio vómito por un minuto y medio, dejando como secuelas la pérdida de memoria, entre otras.
“Se me olvidan las cosas con facilidad, no puedo comer con tenedor y cuchillo, sólo con cuchara y antes sólo podía con la mano, debido a una lesión severa en el hipocampo y en el lóbulo frontal derecho”.
Para Ángel, los dos accidentes cerebrovasculares le dieron la oportunidad de reconocer la mejor parte de él y aprehender cada una de las lecciones que la vida le puso.
#dandoydandoto2
La resignificación es lo más importante para Ángel tras enfrentarse por diversas lecciones de vida, por lo que formó un grupo de voluntariados que ayudan a la gente que más lo necesitan.
“Es gente ayudando a gente, a través de más gente, y cada quien viene y da lo mejor que tiene, apoyamos una causa por mes”.
Este proyecto ha dado almuerzos a personas vulnerables, regalos a niños de escasos recursos y en marzo realizaron un evento llamado “Con amor para mí” en donde mujeres empoderadas compartieron su historia para servir como inspiración a otras.
“Tú nunca haces planes para una enfermedad, para un accidente o para que te destripen tu corazón y te rompen hasta lo más profundo de tu alma y la vida está llena de todos los colores y hay que aceptar todos y aprehender de ellos”.
MMCF