“Nació el 18 de septiembre de 2017 a la 1:30 pm: no ha comido y no tengo dinero para sostenerlo; tampoco está bañado, espero le den un buen hogar. No traten de buscarme, no soy de aquí, espero me entiendan”, escribió quien fuera la madre o padre de un recién nacido abandonado el 19 de septiembre de 2017 en una caja de cartón en el Barrio la Concepción en San Mateo Atenco.
Como él, otros nueve recién nacidos o expósitos -término legal para estos casos-, han sido abandonados en basureros, terrenos baldíos, baños u hospitales, informó la procuradora de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes del DIF Estado de México, Cristel Yunuen Pozas Serrano.
Además señaló que desde el inicio de la administración del gobernador Alfredo Del Mazo Maza llevan el conteo de estos menores.
“Desde que inició el actual gobierno estatal tenemos reporte de 10, es muchísimo y son por diferentes razones, una de ellas es el control natal que es justamente entender que los niños no son cosas sino personas, son vidas”, indicó.
La funcionaria explicó que una vez que los menores son rescatados trabajan de forma estrecha con la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) que es la encargada de dar inicio a una carpeta de investigación y, al cabo de tres meses, pueden reintegrar a los abandonados a núcleos familiares o darlos en adopción.
“Tenemos varios casos, algunos fueron localizados en basureros, en una situación encontramos a un niño que había sido mordido por un perro que roía el cordón umbilical, otro menor fue hallado en el baño de una plaza comercial, mientras que en otro municipio un infante fue abandonado en el hospital regional”, relató.
En los tres meses que albergan al niño, agregó, hacen todo tipo de análisis desde tamices auditivos hasta pruebas con cardiólogos y endocrinólogos para conocer el estado de salud de los expósitos.
“Para nosotros es importante revisarlos antes de entregarlos a una familia adoptiva porque si no la familia correría un riesgo al desconocer cómo recibe al pequeñito y podría generar una situación de emergencia”, dijo.
También se realizan revisiones psicológicas con una especialista infantil que analiza reacciones, la convivencia con los adultos, su comportamiento cuando tienen hambre o frío, la frecuencia con la que enferman, cuál es la interacción al escuchar otros llantos y demás aspectos.
LC