A más de 41 años de su fundación, Plaza Dorada, uno de los primeros centros comerciales del país y de mayor tradición en Puebla, supera la crisis generada por la pandemia manteniendo sus principios: comercio y servicios para todos los integrantes de las familias.
En medio de la pandemia y el confinamiento, el centro comercial ubicado a unos minutos del Centro Histórico, se mantuvo en funcionamiento porque cuenta con comercios y servicios esenciales como instituciones bancarias, ópticas y un supermercado
A pesar de que la mayoría de sus más de 230 locales pudo sobrevivir a los efectos de la pandemia que se tradujo en el cierre de sectores no esenciales a partir de marzo de 2020, 10 cerraron de forma definitiva y ahora los locales están vacíos.
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El tradicional centro comercial ubicado en la Colonia Ladrillera de Benítez, a un costado del Bulevar 5 de Mayo, recibía a más de 40 mil visitantes al día antes de la pandemia; y, actualmente, luego de que ya se permitió la reactivación económica y comenzó el desconfinamiento, se registra una caída de más de 50 por ciento.
La pandemia detuvo los planes de crecimiento de negocios y el relacionado con un nuevo edificio para estacionamientos de vehículos. Ahora, el objetivo es seguir con la reactivación económica respetando las medidas sanitarias y reduciendo la posibilidad de contagios de covid-19.
Plaza Dorada opera, actualmente, como un centro comercial; sin embargo, los comercios están divididos en dos esquemas, la parte más antigua que funciona con un esquema de condóminos, es decir, donde cada firma es dueña de su propio local; y Plaza Dorada II, donde existe un dueño que renta los espacios a los negocios que se instalaron de forma más recientes.
Francisco Picazo Ramírez, gerente administrativo de Plaza Dorada, explicó que parte de la fórmula para que el centro comercial se mantenga como uno de los favoritos de los poblanos radica en la ubicación y en el formato familiar, dos principios que se mantienen desde su fundación el 19 de noviembre de 1979.
“Lo primero es la ubicación, fue la primera plaza. Es un formato familiar. Todavía tenemos clientes que vinieron de niños con sus abuelitas, con sus mamás, con sus papás y ahora vienen los hijos, niños. Es una tradición en Puebla”, apuntó.
Por su parte, Blanca Peralta, administradora de Plaza Dorada II, destacó que, a pesar de la pandemia, el centro comercial no cerró porque ofrece diferentes servicios como un supermercado, zona de bancos, los cuales, son esenciales para la población.
“Comercialmente, es un mix de locales y los servicios. Tenemos los bancos, oficinas del Instituto Nacional Electoral (INE). Estamos nivelados. Tú vienes y encuentras todo, credencial de elector, haces tus depósitos, tus pagos, haces compras de zapatos. Todas las necesidades del cliente se pueden satisfacer”, comentó.
Comienza la fase de recuperación
A un año y dos meses del primer caso de covid-19 en Puebla y luego de que las actividades no esenciales cerraron, Plaza Dorada comienza con su fase de recuperación, en la cual, las medidas sanitarias adoptadas por los comercios son fundamentales.
Francisco Picazo Ramírez explicó que, todavía no se recuperan los niveles de prepandemia; sin embargo, ya se comienza a registrar una recuperación; aunque muchos planes están detenidos.
Entre los planes detenidos en la planta baja de Plaza Dorada se encontraba el desarrollo de un estacionamiento; sin embargo, la pandemia desencadenó ajustes y ahora, seguirá operando con la misma cantidad de cajones.
Por su parte, Blanca Peralta, administradora de Plaza Dorada II, explicó que, en la planta alta, se cuenta con 120 negocios; sin embargo, ahora los planes están en “stand by” y todo se centra en el proceso de recuperación de los comercios.
Plaza comercial sobre 28 mil metros cuadrados
El centro comercial Plaza Dorada se desarrolló en una primera fase sobre extensión de 28 mil metros cuadrados, con 11 mil metros cuadrados de zona comercial, tres mil 500 pasillos y 10 mil metros cuadrados de estacionamientos.
En una segunda etapa, se edifica la inmobiliaria Zona Dorada, con la que llegan tiendas ancla como el supermercado Gigante, donde actualmente, se encuentra Bodega Aurrerá; y en la tercera etapa llegan una sala de cine y la zona de comida rápida.
El comienzo de Plaza Dorada
En 1978, a partir de una junta entre varios empresarios poblanos surge el proyecto de crear un centro comercial fuera del Centro Histórico de la Ciudad de Puebla, con el servicio de estacionamiento para atraer a las familias.
Francisco Picazo Ramírez, gerente administrativo de Plaza Dorada, comentó que, los fundadores pensaron en crear un centro comercial que permitiera responder a un concepto de varias tiendas en un mismo techo, con estacionamiento. “En el Centro Histórico, el estacionamiento solo funcionaba en las calles alrededor. Se junta un grupo de empresarios junto con Quintana y Asociados y ellos hacen diferentes viajes, a Guadalajara, a Monterrey, para implementar un nuevo centro comercial en Puebla. El concepto son varias tiendas con un techo, con un estacionamiento; sin embargo, tenían la idea de puras marcas poblanas”, explicó.
Picazo Ramírez recordó que Plaza Dorada fue inaugurado con 10 naves con 60 locales el 19 de noviembre de 1979, luego de un largo proceso en el que se analizaron diferentes alternativas y en la que se optó por un esquema de condominio.
Inicia con 52 empresas que se lanzan a la aventura
El arquitecto Fernando Rodríguez Concha, uno de los fundadores de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), y quien participó en el desarrollo de Plaza Dorada, explicó que el concepto inició como una aventura en la que participaron 52 empresas.
“Plaza Dorada fue uno de los primeros centros comerciales del país. No había mucho de dónde inspirarse, es de tipo mall, es decir, de un pasillo cubierto. Viene muy bien para Puebla por la cuestión del clima. Hubo que recurrir a algunas visitas al extranjero y nos ceñimos al terreno, era muy largo con dos accesos, uno por el bulevar Héroes 5 de Mayo y otro por la avenida 2 de Octubre, antes Gustavo Díaz Ordaz”, expresó.
Rodríguez Concha estuvo asociado con el empresario José Antonio Quintana, quien encabezó la Constructora Quintana, firma que se encargó de la construcción y el primer diseño del centro comercial ubicado al sur de la capital.
Plaza Dorada comenzó a partir de la integración de dos grandes empresas comerciales de Puebla, Casa Rodoreda y Centro General, firmas que quieren salirse del Centro Histórico iniciando un movimiento de desconcentración. “Era una necesidad; sin embargo, muchos comerciantes tenían miedo, pensando que si se alejaban del centro no iban a vender. Se logró que 52 empresas, todas poblanas, arriesgaran parte de su capital, sin dejar sus locales en el Centro Histórico. Se lanzaron a esta aventura, fue una verdadera aventura. Se trataba de condóminos, es decir, cada una de las empresas era propietaria de su local y, pues, la parte de la propiedad en condominio”, comentó Rodríguez Concha.
El arquitecto explicó que a finales de los 70, se promueve la creación de Plaza Dorada bajo el concepto de condóminos, es decir, cada empresa era dueña de su local y de parte del centro comercial.
“Lo que hicieron los promotores, José Manuel Rodoreda, Eduardo Vigíl Escalera y Adolfo Cazares, fue invitar a los empresarios y hacerles una oferta interesante: no ganarían con el negocio inmobiliario, compraron el terreno, eran campos deportivos del Colegio Benavente. A cambio, llegarían con sus empresas. Estarían cobijados con comercios pequeños. Los comerciantes poblanos arriesgaron y nos lanzamos a la aventura”, comentó.
Rodríguez Concha recuerda con alegría que la organización de las 52 empresas para el desarrollo de Plaza Dorada, centro comercial que en su momento fue considerado como el de mayor lujo y el de moda para las familias.
En entrevista para MILENIO Puebla, Rodríguez Concha destacó que a más de 41 años de la fundación de Plaza Dorada, el centro sigue siendo rentable y, como todo proyecto, se va adecuando a las nuevas necesidades.
Comercialmente, Plaza Dorada es un concepto muy exitoso y gustó a los poblanos y surgió en un momento de desconcentración del Centro Histórico de Puebla en el que, también, se desarrollaron la Central de Autobuses (CAPU) y la Central de Abasto, finalizó.
AFM