El teatro es un “espejo de la vida” y como tal, encuentra a través del títere un medio para expresar “esa confrontación constante entre el ser humano y el sistema a partir de la comedia”; ejemplo de ello es “Demetrio o la caducidad”, de Luis Enrique Gutiérrez Ortiz Monasterio (Legom), puesta en escena bajo la dirección y adaptación de Susy López, que finaliza este próximo miércoles 24 de agosto su temporada en el foro Puro Drama de la ciudad de Puebla.
En entrevista con MILENIO Puebla, la también productora Susy López destacó los retos que implica el realizar obras de teatro donde el títere es el medio para narrar una historia singular, en este caso, la de Demetrio, “un antihéroe al que todo le pasa, que es un reflejo de cuando te sientes feo, tonto y cornudo, pero aún así pones tu mejor sonrisa para salir y confrontar al mundo”.
Susy López explicó que en esta obra maneja diversas líneas de trabajo, entre ellas, mostrar la técnica del títere híbrido en tamaño humano; la dramaturgia y dirección de actores para marionetas; y cultivar nuevas audiencias para que conozcan este arte.
En un primer punto, la artista, referente en México en el arte de las marionetas, explicó la importancia de realizar estos montajes a partir de nuevos elementos, en este caso, el títere: “Para mí siempre es un reto y crecimiento a mi labor artística como titiritera mostrar un material interesante a la gente, así que hice esta adaptación que traslada toda esta narraturgia a un presente en acción. En vez de que haya 8 o 9 personajes, decidí que solo fueran dos actores titiriteros para que luzcan sus cualidades vocales, histriónicas, de manipulación, si no ¿a qué va el público al teatro”.
Por ello, se valió del títere híbrido de tamaño humano, “una técnica que he estado aprendiendo desde hace 10 años con Natacha Belova. Mucha gente está con Noémie Vincart, yo soy seguidora de muchas estéticas europeas y estos títeres me enamoraron (…) Los conocí en la meca de este arte, que es el Festival Mundial de Teatros de Marionetas en Charleville-Mézière. Entonces, me pareció un estupendo pretexto, es una gran manera de ir mostrando los saberes y compartir los conocimientos”.
No obstante, el títere no podría cumplir con su función si el resto de los elementos no poseen la técnica adecuada, por lo que destacó la adaptación de esta narraturgia para marionetas, la cual “te hace reflexionar a partir de la risa, busca identificarte con un personaje. Es la parte más rica de la obra, cuando la gente está muerta de la risa, se reconoce y al salir de la función se queda con la ardilla girando porque hay un tiempo que el mismo título lo dice “la caducidad”, ¿qué pasa con este tiempo en la vida?”.
Títeres para todas las audiencias
Al ser cuestionada sobre la percepción del público respecto a que en esta obra los títeres no abordan una historia para jóvenes audiencias, la directora explicó: “Siempre digo que mi trabajo es enseñar algo que (el público) no sabe todavía que sí le gusta. Cuando la gente va a ver esta obra donde se utilizan diferentes técnicas y hay temas sobre el desamor, la codependencia, pasiones y este tipo de temáticas, le agrada. Si a esta obra le sumas que hay unos ‘lindos muñecos’, una historia ingeniosa, con sus gags, al final el público se enamora”.
En ese sentido, explicó que su trabajo titeril también está vinculado con “buscar narrativas que son también poéticas visuales para hacerlo interesante, que guste al público adulto y enamorar a más gente, que le guste nuestro arte”.
No obstante, comentó que para llegar a estos objetivos, se requiere de un constante mejoramiento en la técnica de animación de títeres, por lo que destacó el trabajo de los actores Blanca Lander y Eglón Mendoza, quienes dan vida a los títeres de Demetrio y a la suegra del personaje, además de otros personajes. Para ello, los artistas se apoyan de técnicas corporales y de la máscara.
“(…) ¿Por qué híbrido? Porque va compartiendo cuerpo con el titiritero. De por sí el titiritero ocupa un espacio diferente al muñeco, al actuar está usando la disociación, es decir, el actor realiza acciones, gestos, mientras que el títere ejecuta otra biomecánica, posee otra materialidad, disociación de energía”, dijo.
Difusión del arte titeril
“Teniendo la edad que tengas, los títeres siempre abren tu capacidad de ser niño otra vez”, indicó Susy López, tras explicar que este arte, lejos de la concepción de solo “manipular un objeto”, posee su propia poética y dinámica, es decir, cuenta con su propia historia y diferentes corrientes, técnicas e influencias.
Por ello, indicó que para la animación de una marioneta se debe tomar en cuenta “la memoria y mecánica corporal”, de ahí la importancia de difundir estos conocimientos sobre los títeres, no solo para su creación, sino para una buena proyección sobre los escenarios. Asimismo, explicó que prepara un par de libros que abordan el arte titeril, uno de ellos titulado “Tres dramaturgias para títere contemporáneo”, mientras que el otro abordará la dirección escénica.
“Quiero que la gente sepa conozca este tipo de muñecos de títeres o marionetas, que es lo mismo, tiene sus recursos para trabajarlos (…) Me interesa aplicar estas técnicas a un trabajo completo. Hay pocas dramaturgias que se escriban para títeres y muchas veces, a los creadores les falta material, agarran obras de actores y creen que se pueden traducir a teatro de títeres, pero solo luce el actor, le estorba el títere. Necesitamos compartir los saberes y eso quiero aportar con este montaje. Me parece una obligación que se muestren las cosas con la mayor calidad y respaldo, no solo técnico y de experiencia, sino también en investigación”, concluyó.
“Demetrio o la caducidad” finaliza su temporada este 24 de agosto en el foro Puro Drama, a las 21 horas. El precio del boleto es de 200 pesos, sin embargo, se puede dar un descuento especial a quienes se comuniquen a más tardar el 22 de agosto al número 222 575 74 36. Para mayores informes se pueden consultar las redes sociales de Facebook de Puro Drama o Susy López Títeres.
CHM