Don Antonio, es un artesano que ha dedicado toda su vida a la fabricación de juguetes y utensilios de madera, y que desde hace varios años se ha sumado al reto de aprovechar la madera de los Árboles de Navidad, que la Protectora de Bosques del Estado de México (Probosque), le hace llegar.
El reto es mayúsculo, pues lo que mayormente le es útil son los troncos, de ahí sale la materia prima para moldear cada una de las piezas que su imaginación le proponga, desde pequeños molinillos, yoyos o baleros, juguetes y utensilios que, si bien no son un producto de primera necesidad, son lujos que alegran el alma y el corazón.
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Antonio Efrén Torres San Juan se describe como un orgulloso artesano de San Antonio la Isla, que creció y aprendió este oficio, al que también le gustan los retos, así comenzó su propia exploración.
Como parte de este proceso, se sumó a las tareas de Probosque y decidió aprovechar las ramas y troncos sobrantes de los Árboles de Navidad, así poco a poco la inspiración llegó, creando piezas pequeñas, pero con mucho detalle.
“Lo que ocupamos es el tallo porque el resto de madera tiene muchos nudos, qué quiere decir, son los botoncitos y eso a nosotros como artesanos no nos sirve, así salen las artesanías limpias”.
¿Cómo es el proceso?
Para poder aprovechar este material es importante dejar secar cada uno de los árboles donados, para así contar con la madera ideal para moldearla o tallarla, posteriormente la experiencia hace lo suyo, pues crea desde yoyos, baleros, trompos, además de molinillos, rodillos o llaveros.
“También podemos hacer utensilios para masajes, baleros, trompos; pero también pueden ser piezas de otras figuras más grandes, por ejemplo, para un muñeco Pinocho o para piezas para recuerdos”.
Precios altos y bajas ventas
A pesar del gran amor que le tiene a este oficio, Don Antonio ve con tristeza la situación actual a la que se enfrentan las y los artesanos, ya que se han enfrentado al aumento de la materia prima, es decir, la madera, lo que dificulta aún más su trabajo, pues además deben enfrentarse a las bajas ventas y el regateo.
“Ahorita las madererías nos están dando carísima lo que es la materia prima, nosotros quisiéramos como artesanos de la madera que nos apoyaran las autoridades, para poder seguir con esta tradición.
"Ya no hay muchos artesanos porque ya no conviene el trabajar la artesanía, porque en primera es mal pagada, nos repelan mucho, entonces llega un momento en el que ya no podemos”.
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HCM