Artesano del vidrio pasa al ambulantaje por pandemia

Don Salvador perdió su espacio de trabajo por la pandemia y ahora vende sus artesanías de vidrio en la vía pública.

Don Salvador es artesano de vidrio soplado que perdió su fuente de empleo tras el cierre del restaurante donde vendía. (Andrés Lobato)
Don Salvador es artesano de vidrio soplado que perdió su fuente de empleo tras el cierre del restaurante donde vendía. (Andrés Lobato)
Angélica Tenahua
Puebla /

Don Salvador pasó de ser un artesano del vidrio a vendedor ambulante porque el covid-19 lo orilló, ya que perdió su espacio formal de trabajo que era un restaurante en el que estuvo 20 años y que ahora se encuentra cerrado por la pandemia.

Con 30 años dedicado a las artesanías de vidrio, compartió a MILENIO Puebla que su bisabuelo enseñó a su abuelo, él a su padre, y así llegó el conocimiento llegó a su generación.

Narró que desde hace 20 años la Fonda de Santa Clara, ubicada en la calle 6 Oriente, se convirtió en su espacio de trabajo, sin embargo, el restaurante fue uno de los afectados por la pandemia y cerró sus puertas.

“Yo trabajaba en el interior de la Fonda de Santa Clara, pero al cerrar el establecimiento por coronavirus, me quedé sin un espacio para trabajar y sin un ingreso fijo. Ahora soy ambulante sin el apoyo del gobierno. El único apoyo que he recibido es de la ciudadanía, quien viene a comprar mis figuras de vidrio en la vía pública”, expresó el entrevistado.

Ante esto, denunció que al ser ambulante se enfrenta a la extorsión de personal del ayuntamiento para que lo dejen trabajar en la vía pública.

Asimismo, refirió que es una situación complicada ser informal pero no tuvo otra opción, debido a que dependen económicamente de esta fuente de empleo, seis integrantes de su familia.

De igual forma, comentó que sus figuras son artísticas y tienen precios accesibles, pues la gente las encuentra desde 10 a 200 pesos, donde él le dedica 15 minutos a una hora de su tiempo y trabajo.

“Al realizar una pieza de vidrio, pongo todo mi esfuerzo y corazón. Las personas que compran mis figuras se llevan una parte de mi esencia, de mi corazón; es un trabajo que amo hacer y que es herencia de mi bisabuelo que no dejaré de perder a pesar de la pandemia”, expresó el artesano poblano.

Resaltó que con la contingencia sanitaria se enfrenta a la falta de material, debido a que proviene de China y ahora no cuenta con el mismo, por lo que tiene que trabajar con pedacería para sacar un poco de ingresos para sus insumos y alimentos.

Don Salvador agradeció la solidaridad de don Herminio, dueño de una dulcería ubicada en la zona, ya que le permite instalarse afuera de su negocio.


mpl / lee

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