“Iba a la primaria y cuando regresaba después de comer y hacer tarea, venía aquí al taller y le ayudaba a mi madre”, así es como Óscar David Flores Sánchez, recuerda su infancia, rodeado por pintura, yeso, cristal, resina y otros materiales con los que desde hace más de 45 años su familia, originaria de Amozoc, elabora las piezas del nacimiento o belén.
Desde mayo, él y todos los integrantes de su familia inician a elaborar las piezas que ofertarán durante los últimos días de noviembre y los primeros de diciembre. Óscar compartió que primero hacen los ejemplares de mayor tamaño y de yeso, ya que es el material más vendido y el más fácil de realizar.
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Además, de trabajar con yeso, también hacen piezas con resina, barro y fibra de vidrio. El nacimiento más vendido es el de 50 centímetros; por semana, fabrican de 50 a 100 juegos que contemplan ocho piezas cada uno: José, María, el Ángel, los 3 reyes magos, el toro y la mula.
En el caso del belén que ofrece Óscar no incluyen el Niño Dios, ya que de acuerdo a la tradición católica debe ser un regalo, que es considerado una bendición para ese hogar. Quien lo regala es el padrino del Niño y se hace “compadre” de los señores de la casa.
“Aquí en Puebla, por lo regular el Niño Dios te lo regala una persona y lo que la gente compra es lo demás del nacimiento: los papás, el ángel y los animalitos”, comentó.
El Niño Dios, es la figura más complicada de elaborar, ya que de acuerdo al artesano, se hace por partes y lleva más tiempo en estar lista a comparación de las otras piezas.
A decir de Óscar, desde los últimos días de octubre empiezan a recibir sus primeros pedidos, algunos de otras partes del país, no obstante, a diferencia de años pasados, este 2023 la venta empezó después y más baja.
“Nos llega gente desde Orizaba, Oaxaca, y este año vino mucha gente del norte del país, de lado de Tijuana y Tamaulipas”, compartió.
Este año su venta bajó un 50 por ciento, Óscar recordó que incluso durante la pandemia tuvieron buenas ganancias, aunque sus expectativas eran bajas. Sin embargo, se espera que el panorama cambie en los próximos días, en especial del 15 al 24 de diciembre.
Por ello, el artesano invitó a los ciudadanos a acudir a su municipio que se encuentra a 40 minutos de la ciudad de Puebla, colinda con las localidades de Cuautinchán, Tepatlaxco y Acajete. En su caso, su tienda se encuentra ubicada en la calle 2 Oriente y la 4 Norte, lleva por nombre, Juguetería Mago.
Se estima que existen al menos 100 talleres o jugueterías que se encargan de la producción de las figuras para los nacimientos, Óscar mencionó que en la temporada navideña producen hasta nueve mil piezas para comercializar durante la temporada decembrina.
Los precios del belén van de los 180 pesos hasta los mil 500 dependiendo del acabado. Entre los tamaños, el más pequeño es el de cinco centímetros y el más grande es de un metro 85 centímetros.
En caso de que se le rompa una pieza, puede acudir después del 15 de diciembre para adquirirla y poner completo su nacimiento. En cuanto a la producción, se ocupan unos moldes de látex, los cuales se rellenan y se ponen a secar bajo los rayos del sol al menos tres días, después se ligan y detallan para pasar a pulirse y pintarse.
Elementos simbólicos
El resto del año ofertan imágenes de temporada, por ejemplo; en Semana Santa se dedican a hacer figuras de Cristo, durante febrero realizan restauraciones y ventas de Niño Dios y en diciembre esculturas de la Virgen de Guadalupe.
De acuerdo a lo compartido por el presbítero Manuel Fernández, presidente de la comisión para la pastoral litúrgica en la Arquidiócesis de Puebla, la iglesia católica tiene varios elementos simbólicos, y el nacimiento, también conocido como pesebre, es uno de ellos.
Esta práctica fue iniciativa de San Francisco de Asís, alrededor de mil 223 en Greccio, Italia, a decir del presbítero, pidió permiso al papa Honorio III para llevar a cabo esta escenificación. Dicha representación se llevó a cabo con un pañuelo blanco sobre un altar, paja, una mula y un buey; mientras, algunos voluntarios personificaron a la virgen María, José, el niño Jesús y los pastores.
Desde aquel entonces esta acción se difundió en los conventos franciscanos y a su llegada a nuestro territorio ellos nos la inculcaron, por ello, actualmente se realiza en los hogares, centros de trabajo, plazas o sitios de encuentro e incluso representaciones, que conocemos como pastorelas.
Manuel Fernández mencionó que la colocación del pesebre es un recordatorio de que se está en la espera de la llegada de Jesús. Invitó a los ciudadanos a no olvidar que la representación del nacimiento del Niño Jesús es observar la importancia de la familia y muestra del papel fundamental que tiene cada integrante.
Refirió que dentro de la iglesia católica existe el año litúrgico, que sigue el calendario lunar, dentro de estos tiempos el año inicia con el Adviento, que son 4 semanas de preparación para la navidad.
El 24 de diciembre es cuando celebran la misa de media noche, el nacimiento de Jesús y la Noche Buena, comenzando así con la Navidad, un día después se festeja la presentación del Niño Jesús al pueblo judío y el 6 de enero se recuerda su manifestación hacia los magos de oriente.
Según la tradición judía, 40 días después del nacimiento, todo primogénito varón debía ser presentado en el templo y consagrado para el señor, por ello, la comunidad católica continúa con esta tradición.
“El 2 de febrero es cuando el anciano Simeón expresa que Jesús es la luz que ilumina las naciones y la gloria de su pueblo”, mencionó.
El nacimiento es diferente en cada familia y dependiendo de sus tradiciones suele llevar, una casa de madera con animales de granja: gallos, patos, toros, burros, vacas, etc. también los pastores y algunas plantas, en algunos hogares también colocan un río.
También puede ser de diferentes tamaños, pues, hay familias que incluso colocan dos niveles y hacen toda una representación de la aldea en la que nació Jesús. El pesebre se suele colocar a un costado del árbol navideño y en ocasiones le añaden luces decorativas.
CHM