Arzobispo consagra Puebla a la patrona de la Defensa para construir cadenas solidarias

Víctor Sánchez Espinosa pidió por las familias poblanas más afectadas, para que puedan ser apoyadas ante la pandemia.

El Arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez, junto a la imagen de la Virgen de la Defensa. (Andrés Lobato)
Jaime Zambrano
Puebla /

Puebla fue consagrada a Nuestra Señora de la Defensa, cuya imagen se venera y guarda en el Altar de los Reyes de la Catedral Basílica de Puebla, con el objetivo de que se construyan cadenas de solidaridad para enfrentar las adversidades.

Ante la fiesta dedicada a la patrona de la Defensa de este 24 de mayo, la imagen de una de las advocaciones de la virgen María fue colocada en el altar de la catedral y el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, pidió por las familias poblanas más afectadas, para que puedan ser apoyadas.

Al mismo tiempo, el líder de la grey católica en Puebla hizo oraciones para que los ciudadanos elijan a sus próximos representantes populares con prudencia y solidaridad, en busca de construir una patria más justa.

“La virgen María asumió en el Tepeyac nuestra tez y rasgos mestizos, desde entonces, es parte de nuestra dulcísima historia, Dios, concédenos por la poderosa intercesión de la madre, la luz para elegir con prudencia y responsabilidad a nuestros gobernantes, para que construyamos con ellos una patria cada vez más justa y solidaria con la dignidad, la paz y la alegría que provienen de tu infinita misericordia”, expresó.

Al cierre de la misa dominical, Sánchez Espinosa resaltó la importancia de que la población se sigua cuidando y respete las medidas establecidas por las autoridades sanitarias para evitar contagios de covid-19.

La imagen de Nuestra Señora de la Defensa, posiblemente del siglo XVI, de talla y policromía, fue traída desde España a mediados del siglo XVII por un hombre que decidió retirarse a una ermita, primero en Tepeaca, luego en el cerro del Pinal.

Juan Bautista de Jesús, como se llamaba, era acosado por la gente que deseaba un consejo o una oración, ante ello, se cambió a una colina cercana a la ciudad de Tlaxcala, a donde llevó su imagen y la colocó en el altar. De inmediato, los fieles que sentían acosados y perseguidos acudían a verla y encontraron defensa en la imagen.

“Narran las crónicas que a la sombra de la ermita se refugiaban animalitos y pájaros que eran perseguidos por los depredadores, así como mujeres y hombres en iguales circunstancias, encontrando protección requerida, de donde le vino el sobrenombre de Nuestra Señora de la Defensa, siendo en realidad una representación de la Inmaculada Concepción de María”, dio a conocer la arquidiócesis poblana.

Juan de Palafox y Mendoza, siendo obispo de Puebla, en 1640, escuchó la historia y los testimonios que hacían quienes habían obtenido la defensa y protección, así que interesado en el asunto, visitó directamente la ermita, se postro a los pies de la Virgen, conversó con el ermitaño, y trasladó solemnemente a la escultura hacia la catedral de Puebla.

Palafox y Mendoza la entronizó a la imagen como Protectora de la ciudad de Puebla y de la Diócesis, sin que tuviera tiempo de formalizarlo.

Años después, mirando la fama y veneración, el capitán, Pedro Porter de Casanate, pariente de don Juan de Palafox, solicitó prestada la imagen de la virgen y la llevo en su campaña conquistadora, en el norte de Chile, en América del Sur. Al final de la contienda se le declaró “Mariscala y Generala” de los ejércitos españoles en aquellas regiones.

Los conquistadores y colonos chilenos se negaron a devolverla, dando lugar a un litigio de 24 años que culminó con el retorno de la imagen a la Catedral de Puebla, con su banda de grado militar que hasta la actualidad ostenta.

mpl

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