Envuelta en un aroma de incienso, fe, esperanza y amor, la Catedral de Monterrey lució repleta para ser parte de la misa de la Cena del Señor, oficiada por Monseñor Rogelio Cabrera López, arzobispo de Monterrey.
El cual en esta celebración del Jueves Santo refrendó el compromiso, la misión y la vocación que tienen de servir a los demás "como Cristo lo hizo".
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Durante su discurso, el líder religioso enfatizó el hecho de que la iglesia católica es mutual, donde se da y se recibe, donde se sirve y le sirven.
Por ello pidió a los cientos de fieles ahí reunidos una cosa muy especial, dejarse ayudar para que puedan ayudar a los demás.
Posterior a sus palabras, Cabrera López, también presidente de los arzobispos de México, acompañado de otros dos sacerdotes, y un par de mujeres, encabezó y se realizó la celebración del acto de servicio y humildad del lavatorio de pies.
Mismo que en esta ocasión tuvo como receptores de esta limpieza y servicio a un grupo de 12 jóvenes, todos varones, entre 12 y 17 años de la Misión Pro.
Tras el acto, el recinto se lleno de un ambiente de paz, y de emoción hasta las lágrimas por parte de algunos de los presentes.
Todo aderezado con las voces y música del Coro Arquidiocesano de Monterrey, que con su talento y devoción hicieron cimbrar las fibras de los ahí reunidos.
Cabe destacar que a las afueras del templo, no faltó la vendimia tradicional en este tipo de eventos, desde pan bendito, hasta cadenas, imágenes, velas y cirios, entre otros productos.
De igual forma, alrededor de la Catedral y frente a ella, las parejas, los solitarios, las familias y los amigos aprovecharon para tomarse la ‘selfie’ oficial del Jueves Santo 2019.
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Preciso mencionar que desde antes de llevarse a cabo la misa, durante la misma y al final de ella, se pudo observar a elementos de la Secretaría de Seguridad Pública de Monterrey ubicados en el lugar para mantener el orden y evitar la comisión de algún tipo de delito.
Para mañana viernes la celebración incluye el viacrucis a las 10 de la mañana, a las doce las siete palabras, a las 3 de la tarde la celebración de la pasión, posterior a ello la adoración a la cruz y a las 8 de la noche la procesión del silencio y al terminar, el pésame a la virgen.