Todos han escuchado alguna vez “Quiere agua”, “Le lavo o pinto su tumba jefita”, “Le damos mantenimiento a la tumba” cuando llegan al cementerio par visitar a sus fieles difuntos, algunas veces responden que sí, pero otras con un gesto negativo responden no e inclusive los llegan a hacer menos.
No saben que detrás de ese hombre trabajar, ya sea joven o de la tercera edad, busca ganarse unos pesos para solventar los gastos de su hogar, la comida de su esposa, sus hijos o alguna otra persona que depende de ellos.
Todos ellos esperan esta fecha tan importante que es el Día de los Muertos, que es cuando pueden llegar con un poco de dinero extra para consentir a los menores o comer aquellos platillos que no están al alcance todos los días.
El año pasado con la llegada de la pandemia y el cierre de los camposantos en la zona sur de Tamaulipas, familias completas que dependen del mantenimiento de las tumbas, pasaron tiempos muy difíciles, ya que paso a ser la fecha mas importante a la de peor ingreso.
Han visto con buenos ojos el dinamismo de este año y que repuntó a partir de este fin de semana, ya que muchas de las familias aprovecharon los días de asueto para visitar la tumba de sus seres queridos previo al 1 y 2 de noviembre para evitar aglomeraciones, ya que por tradición, estas fechas prevalece prácticamente lleno.
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La señora Leticia, residente del sector Monte Alto en Altamira, acudió a visitar a su esposo, quien desde hace 15 años se dedica al lavado de tumbas en el cementerio municipal de Tampico ubicado en la avenida Hidalgo, con el objetivo de llevarle el lonche.
Desde Altamira, llegó a su lugar de trabajo con su bebé de 4 meses de edad y el mayor de 11 años, mientras que dejó encargada a la niña de 2 años con su mamá. Un claro ejemplo del esfuerzo que realizan los trabajadores, sino también sus familias, que buscan apoyarlos para que puedan seguir generando recursos en beneficio de su hogar.
“Esta es la temporada buena para mi esposo, es cuando se aliviana un poquito mas, llega desde las 9 de la mañana y se queda hasta que cierran, todo el día, por eso lo comprendo y vine a dejarle lonche, tiene que estar fuerte para seguir, me vengo con el bebé y con el niño, no tenemos con quién dejarlos. Dependemos de esto, el año pasado fue muy difícil”.
Cuando no hay prestación de servicios, no le queda otra opción a su esposo mas que “caer al agua” como ellos mencionan al referir que se va a pescar para vender pescado en el mercado de mariscos de la “Puntilla” en Tampico.
Cabe hacer mención para acudir a los cementerios este 1 y 2 de noviembre será obligatorio el uno de cubre bocas para evitar contagios de covid-19. En la entrada de los camposantos ya se han instalado los vendedores de flores como ya es costumbre, en espera de buenas ventas durante este año.