Por sus altos niveles de contaminación y la presencia de metales pasados, el río Atoyac que pasa por la Zona Metropolitana de Puebla representa un riesgo para la salud de más de tres millones de personas.
De acuerdo con la investigación “Calidad del agua del Río Atoyac en el valle de Puebla y el riesgo en la salud de la población Emilio Portes Gil, municipio de Ocoyucan, Puebla”, realizado por Gabriela Pérez Castresana, investigadora de la Universidad Iberoamericana y doctora en Ciencias Ambientales por la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), el río Atoyac se encuentra severamente contaminado y el agua no cumple con los estándares para la protección de vida acuática según las normas de Criterios Ecológicos de Calidad del Aguas CE-CCA-001/89 y a la norma de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) PROY-NOM 001-Semarnat-2017.
“El sistema acuático muestra una marcada estacionalidad en la calidad del agua, así como en la concentración de contaminantes, registrándose valores mayores en época de sequía”, destaca el análisis.
El uso del agua del río Atoyac para el riego de cultivos representa una amenaza a la salud pública ya que ésta no cumple con los estándares que se establecen en CE-CCA-001/89, debido a las grandes cantidades de bacterias de origen fecal y a los contaminantes químicos, los cuales pueden infiltrarse hacia el manto acuífero.
“Se evidencia las fuentes de abastecimiento de agua en EPG se encuentran contaminadas, y que la ingesta por los habitantes implica un riesgo particularmente en el período de sequía, que es cuando existe un mayor flujo del agua contaminada del río Atoyac”, destaca el estudio.
Al mismo tiempo, el estudio destaca el riesgo potencial por la ingesta colectiva de metales (Al, Fe, Cu, Pb, Zn, Ni, Cr), presentes en el agua, que es mayor en niños, particularmente en época de sequía.
“El índice de riesgo de cáncer por la exposición oral del C, fue encontrado mucho mayor en niños que el límite aceptable (10-6), particularmente por la ingesta del agua del manantial. De total de metales (Al, Fe, Cu, Pb, Zn, Ni, Cr), el Cr, fue el principal contribuyente al potencial adverso en la salud de los habitantes”, detalla el análisis.
La investigación resalta que en la Zona Metropolitana de Puebla-Tlaxcala (ZMPT) se encuentran cientos de industrias de diferentes giros con una importante representación, aproximadamente 80 por ciento, de aquellas que utilizan compuestos de cromo para sus procesos productivos o de manufactura, como las textiles, las metalmecánicas, de pinturas, automotrices.
“Estas, al igual que el resto de las fábricas, no tratan sus aguas residuales de la forma adecuada para remover metales pesados y otros contaminantes químicos”, destaca el análisis.
En el río Atoyac se descargan los desechos de la cuarta zona metropolitana más grande de México (ZMPT), y al mismo tiempo, las poblaciones agrícolas ubicadas en zonas más bajas de la cuenca utilizan el agua contaminada del río para el riego de sus cultivos.
Aparte de la contaminación de los suelos por la retención del cromo y otros metales pesados debido al uso de aguas residuales y fertilizantes, se puede producirse la contaminación del agua subterránea. Esto representa una posibilidad, ya que el agua contaminada del Río Atoyac fluye a través de cientos de canales de riego alrededor del poblado, y los pozos son poco profundos.
AFM