Ante la pandemia de la covid-19, el rezago y las brechas educativas aumentaron; además, se acentuaron los problemas que ya se presentaban en el sistema educativo; sin embargo, no se puede catalogar el ciclo escolar 2020-2021 como perdido.
En el punto anterior coincidieron los investigadores del Decanato de Artes y Humanidades de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), Rodolfo Cruz Vadillo y Martha Leticia Gaeta González, para quienes los momentos de crisis deben ser tomados como áreas de oportunidad.
Después de que la Asociación Estatal de Padres de Familia (AEPF) dio a conocer que el ciclo escolar no puede darse por perdido y que se requiere de un análisis de los aprendizajes que lograron sus hijos implementar esquemas de nivelación, el investigador en procesos educativos, Rodolfo Cruz Vadillo, comentó que algunos estudiantes sí lograron aprendizajes; pero, en otros casos, no se pudo establecer la mejor adaptación a las clases a distancia.
“El ciclo escolar es en escala de grises. No se puede considerar un ciclo escolar perdido, pero hubo diferencias, diferentes realidades. Algunos lo padecieron más que otros. Entonces, habrá quienes pudieron pasar al espacio virtual y en ese caso no pasó a más. En otros casos, la intensidad de los problemas fue mayor”, destacó.
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Al mismo tiempo, el investigador expresó la necesidad de evitar la deserción escolar que puede aumentar en un futuro cercano, ante lo cual, se deben establecer estrategias en las que participen todos los actores educativos.
“Uno de los problemas que se pueden agudizar no es sólo el de los alumnos que ya no están asistiendo a clases, sino de aquellos que, sobre la marcha de este regreso paulatino a las clases presenciales, lo dejen de hacer; y más ahora si consideramos a la escuela como un lugar beneficioso para los estudiantes, ya que puede ser un espacio menos adverso de la realidad que cada alumno esté viviendo”, apuntó.
Por su parte, Martha Leticia Gaeta González, catedrática del decanato de Artes y Humanidades de la UPAEP, señaló que con la pandemia de la covid-19, se presentaron múltiples pérdidas, desde las humanas hasta las económicas, sin embargo, se reconoció la importancia de las clases presenciales.
“No lo consideraría perdido. Hay un retroceso, hay pérdidas humanas, de salud, pero no es un ciclo perdido. Hay muchos elementos ganados. Cada crisis nos ha enseñado. Esta pandemia ha trastocado a muchos. Desde luego tenemos rezagos, se han acentuado muchos. Estos problemas nos hacen repensar la educación y como educadores unirnos”, apuntó.
Señaló que el rezago educativo ya se venía arrastrando desde antes de la contingencia sanitaria y que ahora se ha acentuado con la falta de clases en las escuelas y la enseñanza en casa, en donde los padres con base en sus posibilidades están haciendo esfuerzos por apoyar a sus hijos en el ámbito educativo.
“No todas las familias han tenido la oportunidad de acceder a la tecnología necesaria para continuar con los procesos de enseñanza aprendizaje de los hijos y no se diga de los profesores, que también requieren de acercarse a profesionalizarse y trabajar de manera colegiada con sus pares para contribuir a la enseñanza de los estudiantes”, apuntó.
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