Durante las vacaciones de Semana Santa, la generación de basura se dispara, especialmente en destinos turísticos como Playa Miramar. Según la Dirección de Servicios Públicos de Ciudad Madero, resulta imposible calcular con precisión la cantidad de residuos acumulados durante los días santos, pero la evidencia está a la vista: montones de desechos que llegan con los visitantes, y que no se van solos.
Ahí es donde entran en acción los trabajadores de limpieza. Tal es el caso de Alberto Juárez y Víctor Ramírez, quienes este Jueves Santo llegaron a la playa desde las 6 de la mañana, listos para enfrentar la jornada.
Desde las primeras horas del día, ambos recorrieron la extensa franja de arena recogiendo los restos que los turistas dejan atrás. Aunque el jueves no es considerado uno de los días de mayor afluencia, para media mañana cada uno ya había llenado al menos 100 bolsas de basura. Un trabajo extenuante, silencioso y muchas veces invisible.
Lo que más lamentan Alberto y Víctor es la falta de conciencia de algunos visitantes y es que en la arena han encontrado de todo: plásticos, envolturas, latas, y hasta vidrios rotos, un riesgo tanto para los paseantes como para ellos mismos.
Ante este problema, los trabajadores del municipio no desaprovecharon la oportunidad para exhortar a la ciudadanía a llevar consigo una bolsa para depositar sus residuos y así asegurarse de que terminen en el lugar correcto. Porque la calle, la arena y mucho menos el mar, no son basureros.