Fabiola Dafne Saavedra Millán es bióloga de profesión especializada en botánica y catedrática por vocación. Desde el inicio del presente ciclo escolar puso en marcha con sus alumnos de secundaria un proyecto de huertos caseros, que fue muy bien acogido.
La divulgación de su tarea propició que unas 20 personas entre familiares, amigos y conocidos le solicitaran su apoyo para emprender esta labor durante la contingencia sanitaria, principalmente los que tienen hijos pequeños para tenerlos ocupados.
“A los pequeños les genera un sentimiento de pertenencia y una responsabilidad al generar una cuestión afectiva con las plantas. Algunos niños, sobre todo de preescolar, les llaman plantas bebés a las plantitas conformen van germinando, entonces ellos mismos generan ese sentimiento de pertenencia y cuidado, que en estos momentos de contingencia crean sentimientos positivos y de cuidado hacia la naturaleza”, explica.
Exalta que además del relajamiento que provoca esta labor, da a sus propietarios alimentos saludables, “libres de pesticidas”.
Menciona que un huerto es el sitio donde se cultivan plantas para el consumo humano desde comestibles, aromáticas, sazonadoras, medicinales o de infusión.
Apunta que de manera general hay más huertos donde se producen hortalizas, como lechugas, jitomate, cebolla o zanahoria, entre otros.
En su caso, promueve los temáticos, es decir, aquellos que cubren hortalizas, plantas aromáticas —romero, orégano, cebollín, etcétera—, y medicinales.
Detalla que para establecer un huerto, se debe de considerar el espacio del que se dispone y los recursos que se tienen, porque en este tiempo de confinamiento es poco factible salir a comprar aditamentos, como macetas.
“Tenemos que buscar un espacio con luz, este es uno de los requerimientos más importantes. Si colocamos nuestras macetas en el patio se elige el espacio donde dé más luz a lo largo del día. Si vivimos en un departamento, será el que esté cerca de una ventana donde la insolación sea fuerte. En el caso de que nuestra casa no sea muy luminosa podemos adaptarnos al uso de plantas que estén acostumbradas a la sombra”, explica.
Expresa que si empleamos utensilios que desechamos tenemos que realizarles orificios en la parte inferior para que drenen y éstos pueden hacerse con un taladro o un clavo caliente.
El segundo punto que se debe cuidar, es el uso de sustrato donde vamos a colocar las plantas, que puede hacerse con la combinación de tres elementos: tierra negra, tierra de hoja y cacahuatillo de pojal, que ayuda a proveerle drenaje al suelo y espacio a las raíces para crecer, lo que facilitará que busquen nutrientes. Añade que la tierra tiende a compactarse con el agua y sin espacio para drenar se ahogan o mueren las plantas.
Remarca que se emplean piedras livianas para evitar peso a la maceta y brindar un espacio que también permita la aireación del suelo, es decir, que ingresen las moléculas de oxígeno en la tierra y que nuestras raíces puedan ir creciendo.
Indica que la correcta proporción de estos elementos es 40 por ciento de tierra negra, 40 por ciento de tierra de hoja y 20 por ciento de cacahuatillo.
Señala que si es difícil conseguir estos elementos, se puede emplear la tierra de una maceta que ya se desechó combinada con cascarón de huevo molido o machacado. Otra opción es la compra de sustratos elaborados que se pueden adquirir en las tiendas departamentales, donde también venden las semillas.
“Por Internet también se pueden comprar. Pero podemos usar lo que tenemos en casa, por ejemplo, si picamos jitomate tenemos la semilla. Lo mismo las semillas de la cabacita, del pepino, de los chiles. Otra cosa que tenemos en casa y que podemos utilizar es el ajo, la cebolla, las papas, esas directamente se ponen en tierra y solitas empiezan a echar raíces”.
Dice que ya sembradas las plantas es fundamental el riego y la cantidad de sol que recibirán. “El riego deberá ser terciario, es decir, una vez cada tercer día; y la cantidad que debemos de ponerle es en función del agua que salga de los hoyitos, ésta tiene que drenar”, detalla.
Para terminar, la experta señala que este tipo de cultivos son de crecimiento rápido. “Si sembramos ahorita en 28 días vamos a cosechar”.
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