El 4 de julio, la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México (Azcarm) denunció penalmente ante la Fiscalía General de la República (FGR) a Eduardo Mauricio Moisés Serio –conocido como Papa Bear– dueño de la afamadaFundación Black Jaguar-White Tiger por el abandono y maltrato de cerca de 200 grandes felinos en un predio de 60 hectáreas en el Ajusco; mientras que el activista Arturo Islas dio a conocer la situación, ante la opinión pública, a través de sus redes sociales.
Al mostrar las crueles imágenes de felinos famélicos y con las colas mutiladas, Islas logró que la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, mediara en el caso, poniéndose en contacto con la Profepa “para intervenir y rescatarlas”; sin embargo, el proceso duró seis meses con 10 días y le costó a los zoológicos que apoyaron más de 30 millones de pesos –sólo en traslados–, por lo que la Azcarm lamenta que a pesar de la magnitud del problema, las autoridades han sido omisas al castigar a los responsables; así como al no buscar las fosas, donde se presume enterraron ejemplares y al no investigar si hubo crianza y venta ilegal de especies, lo que representaría delincuencia organizada.
En retribución a su apoyo –señalan–, ahora son "acosados" con reiteradas inspecciones de la Profepa y bloqueados por la Semarnat.
“Hay un tema de tráfico de animales, pero nosotros no tenemos elementos suficientes más que los archivos públicos en los que hay una discrepancia entre los animales que estuvieron en depositaría y los animales que se encontraron al momento que se ingresó al predio. Entonces, se perdieron animales, no hay un aviso de alta ni de baja de los animales, no están registrados, no hay un registro de qué pasó con esos animales, ni las crías de los mismos, ni los nacimientos que también hubo”, señaló Cristopher Estupiñan, apoderado legal de la Azcarm.
El abogado sostuvo que hubo crianza y venta de animales sin reportar a la autoridad, debido a las fotografías que circularon en redes, de figuras de la talla de Paris Hilton o Khloe Kardashian, con cachorros en las instalaciones de la fundación. También, el propio Eduardo Serio hizo público que para el 2018, en el Ajusco habitaban más de 450 felinos, que mantenía gracias a donativos de las personas alrededor del mundo, que iban de los mil a 21 mil pesos, “le damos res y a veces caballo”.
Por su parte, el abogado recordó que “nosotros encontramos parejas, núcleos familiares al momento que entramos (al predio) y por las edades y los ciclos reproductivos de algunos de ellos, es lógico y presumible que hubo nacimientos de animales, no dejan de reproducirse, está en su naturaleza. Desde 2015 que le dieron las autorizaciones, llegó a señalar que tenía hasta 600 animales. Del tema de tráfico de animales no tenemos santo y seña, eso le corresponde a la autoridad investigar, pero hay elementos para presumir que existió”.
Estupiñan destacó que los números no cuadran, ya que si Eduardo Serio llegó a reportar a medios de comunicación que albergaba hasta 600 animales, por qué la Profepa encontró solo 200 en julio pasado.
"No es posible todavía que no haya ningún procesado, ninguna resolución administrativa siquiera, todavía no hay ningún dictamen del estado que guardan los animales en la carpeta investigación, tampoco tenemos conocimiento de si existe una línea de investigación formal más allá de la denuncia que se presentó y si la fiscalía la absorbió. No hay ni siquiera un aseguramiento del predio, y hay elementos para poder justificar ante un juez de control está solicitud, pero la Fiscalía General de la República no ha llevado ni la indagatoria", lamentó Cristopher Estupiñan.
El apoderado legal aclaró que aunque la Profepa impuso una clausura, el predio del Ajusco no fue asegurado por la fiscalía, “que debería tener los elementos de prueba suficiente para acreditar presumiblemente la comisión de delitos ambientales y poder justificar el aseguramiento ministerial del inmueble”.
"Nosotros llegamos a señalar a la Policía de Investigación de la Fiscalía General de la República la ubicación de las fosas, se accedió con ellos en sitio y se les señalaron; sin embargo, no ha habido ningún acto para descubrirlas, para excavar, no ha habido un ejercicio pericial formal para hacer esta indagatoria", resaltó.
La Azcarm también destacó la responsabilidad de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) al entregar los animales en depositaría y no realizar las inspecciones que permitieran conocer el deteriorado estado de salud de los felinos.
El pasado 11 de julio, MILENIO publicó que con el “superior conocimiento” de la actual titular Blanca Alicia Mendoza Vera, la Profepa entregó en donación un total de 156 grandes felinos –entre enero y junio de 2019– a Black Jaguar-White Tiger, cuya donación masiva se aceleró durante la ola de despidos en la administración pública federal, debido al plan de austeridad, por lo que solicitaron la renuncia de Joel González Moreno, director General de Inspección y Vigilancia de Vida Silvestre de 2010 a 2019. Se trató de 87 leones, 45 tigres, 11 jaguares, seis pumas, cuatro jaguarundis, y tres leopardos.
En una entrevista, la procuradora dijo que las distintas áreas de la dependencia se encontraban revisando la documentación a la que tuvo acceso a MILENIO, a fin de cotejar la información, pero no volvió a hablar del tema, a pesar de las solicitudes. Sin embargo, reconoció que se debe reforzar la Ley General de Vida Silvestre para asegurar el bienestar de animales exóticos, ante la creciente comercialización de grandes felinos como mascotas.
Propuso fiscalizar los ingresos por la venta de los ejemplares, a fin de reducir la demanda y evitar que terminen en el abandono como en el caso Black Jaguar.
“Que sea con base en la ley que se tenga que reportar qué es lo que se hace con el ejemplar, especialmente con las crías, hacia dónde se envían, cómo se comercializan, cómo se exportan (...) debemos regular en la ley, de tal manera que la autoridad pueda actuar y llevar a cabo visitas de inspección”, indicó.
Rescate costó a Zoológicos 30 MDP y persecución por parte de Profepa
Por su parte, Ernesto Zazueta, presidente de la Azcarm dijo que las más de 20 instituciones zoológicas que participaron en el rescate de los felinos, han gastado más de 30 millones de pesos, sólo en los traslados desde el predio del Ajusco, a los diversos estados; y a cambio de apoyar con albergar y rehabilitar a los animales, dijo que han sido objeto de acoso por parte de las autoridades ambientales, con inspecciones por parte de la Profepa “sin sentido” y con el bloqueo de trámites ante la Dirección General de Vida Silvestre de la Semarnat.
“Las inspecciones que no le hicieron a Eduardo Serio durante los últimos 5 años, nos las están haciendo a nosotros en meses”, lamentó.
Zazueta dijo que tan sólo el santuario Ostok que él preside, ha destinado 9 millones de pesos, entre gastos de traslados, construcción de hábitat, rehabilitación y alimentación de 13 leones, siete tigres, cuatro jaguares, dos servales, dos monos araña, un mono capuchino. Indicó que hay incluso refugios fuera del país que también ofrecieron su apoyo para albergar a los felinos, pero sin la celeridad en el caso, los zoológicos del país deben mantenerlos bajo sus cuidados, con sus propios recursos.
“Darle celeridad a los temas legales para acomodar en otros lados, tenemos ofrecimientos de Sudáfrica e India para los leones, hemos estado platicando con ellos, a ver si en un futuro se puede hacer algo con los animales, que vayan al lugar de donde son originarios; pero las las autoridades son las que deben definir el futuro de los animales que están bajo nuestra custodia, no podemos disponer de ellos”.
Seis meses después de que se dio a conocer el caso de abandono y maltrato, la Profepa concluyó con las labores para permitir el traslado de los últimos seis animales que seguían en el Ajusco, y que fueron movilizados por parte de los propios zoológicos o unidades de manejo ena los estados de Aguascalientes, Ciudad de México, Chiapas, Chihuahua, Estado de México, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Yucatán.
El Zoológico de Chapultepec recibió ocho felinos, 10 monos araña y cuatro papiones; Reino Animal, cuatro felinos; Africam Safari, 18 felinos; Mi Mascota cinco felinos; Zoológico de Morelia 4 felinos; Centro de Rescate de Zoológico de Culiacán, 18 felinos; Santuario Ostok, 26 felinos, dos monos araña y un capuchino; Parque Ecológico de Zacango, cinco felinos; Zoofari, dos leones; Zoológico de León, seis felinos; Zoológico de Chiapas, un puma y dos coyotes; Tamatán, seis felinos, Santuaai, tres tigres; Zoológico de Chihuahua, tres leones; Zoológico de Ciudad Juárez dos felinos; Zoológico de Parral, u felino, Zoológico de San Juan de Aragón, cuatro leones; Centro Ecológico de Sonora, cuatro leones; Zoológico del Altiplano, tres leones y el Zoológico de Wamerú en Querétaro, tres leones.
DMZ