Bondades del café cultivado en Amatepec

Tradición. Una vez que se consolidó la labranza del grano en la zona, los productores comenzaron a idear nuevos usos, como productos de belleza y utensilios hechos de cascarilla

El catálogo de productos hechos a base de la semilla ya se comercializa, pues su contenido es amplio. Monserrat Mata
Toluca /

Desde hace varias décadas, el sur del Estado de México se ha destacado por su amplia producción agroalimentaria, pues por su clima y altitud hacen que las flores, frutos, verduras y hortalizas puedan alcanzar su mejor desarrollo, sin embargo, uno de los productos que más llama la atención es el café, pues tiene toda una tradición en esta región de la entidad.

Al respecto, el productor de café del municipio de Amatepec, Óscar Rodríguez Domínguez, explicó que comenzó a cultivarlo por tradición en este sureño lugar, ya que era fuerte el deseo de continuar con los esfuerzos de sus abuelos, quienes fueron los pioneros en este cultivo en suelo mexiquense.

“Las plantas eran de nuestros abuelos, de nuestros padres. Tengo árboles de café que tienen 75 años y plantas nuevas que ya nos dan resultados diferentes”.

Una vez que se logró este primer pasó, continuó, se comenzaron a idear nuevas estrategias para mantener y consolidar la producción cafetalera.

Con una visión renovada, explicó, se comenzó a trabajar desde distintas áreas para mejorar la producción y hacerla mucho más atractiva para los distintos grupos de consumidores, así se activó la creación de marcas locales, la comercialización en pequeñas bolsas en presentaciones como tostado o molido, detonando un mercado en esta franja de la entidad.

“Esto impulsó la producción. Por supuesto, empezamos a meter variedades diferentes a las que teníamos, buscando las características de la región y la calidad. Muchos ya tenemos algún registro de marca; hay varias en Amatepec. No es fácil, porque cuando no tienes la orientación suficiente, estás tocando puertas hasta que más o menos encuentras el camino”. 

Características

Explicó que, en el proceso de germinado de la semilla, transcurren en promedio dos meses para que emerja la planta, de ahí comienza con su periodo de crecimiento y en un año se puede trasplantar, esperando dos más para que la mata comience a producir.

“Después de siete u ocho años produciendo se tiene que receptar, es decir, a la altura de la rodilla se tiene que cortar el arbolito, pues van a dar unos brotes nuevos, seleccionas los mejores y son los que en los siguientes siete años te van a dar producción”.

Los restos de la planta que se ha cortado, añadió, se convierten en materia orgánica que funciona como fertilizante natural, aprovechando la planta por completo.

Transformación

El también creador de Licoramatl Productos Artesanales de Amatepec, explicó que, como parte de este resurgimiento de la tradición cafetalera en el sur mexiquense, se comenzó a pensar en la transformación del grano y así se iniciaron las pruebas para ampliar el catálogo de productos, todos teniendo como principal ingrediente al café.

En su caso, recuerda, se inició con productos, como shampoo, en los que se combinaron tanto la sábila, romero y café. Después se logró una crema del grano y, recientemente, se creó una a base de cascarilla de café, que es la cáscara que envuelve al grano, aprovechando todos sus nutrientes.

También cuentan con un jabón exfoliante de café con avena, además de otros productos como alimentos y bebidas, entre ellos una crema, una de cascarilla con especies muy parecido al té chai.

“Buscamos que la gente sepa que está consumiendo, en el caso de la cascarilla, las especies que llevan son jengibre, clavo, cardamomo, que va a igualar un poco a las propiedades, porque la cascarilla es desinflamante igual que el jengibre. Estamos tratando de fortalecer nuestro sistema inmunológico a través del consumo y aplicación de esta crema”.

Creación de utensilios

Una de las innovaciones más recientes es el uso de la cascarilla del grano para su aprovechamiento, empleándola en la elaboración de utensilios para cocina, como pequeños platos o recipientes.

“Tenemos, por ejemplo, algunos trastecitos que son hechos a base de cascarilla de café, lo mismo trabajamos platos pequeños hondos para consumir alimentos, para que puedas poner algo muy caliente, después se lavan, se secan y siguen sirviendo, porque son biodegradables; no están hechos de otro material, solo de cascarilla”.

Señaló que las y los productores de Amatepec “están casados con el café”, por ello están en una búsqueda constante de cómo aprovechar el grano, saliendo de lo usual, moviéndose hacia otros productos, como el licor, entre otros.

“Tenemos en mente muchas más cosas por transformar, porque con el café puedes hacer de todo, incluso abono, fertilizantes; son ideas que van surgiendo”.

Café de altura

Señaló que el café producido en esta región de la entidad tiene una característica muy especial, pues se encuentran a mil 800 metros sobre el nivel del mar, con nutrientes únicos y un sistema agroforestal, lo que le da una calidad sobresaliente.

“Tal vez la producción no sea tan grande, pero sí nos dedicamos a producir más café de mucha mejor calidad. Eso es lo que nos hace diferentes, además del amor, del cariño con el que hacemos las cosas”.

Producción

Actualmente, refirió, que en la entidad estiman existen más de 600 hectáreas dedicadas a la producción de café, solo en el sur de la entidad. Recientemente el Estado de México fue reconocido como estado productor de café, lo que requirió del trabajo y empuje de las y los propios productores.

Entre los principales municipios productores se encuentran: San Simón de Guerrero, Tejupilco, Temascaltepec, Tlatlaya, Amatepec y Tepetlixpa, pues son lugares con las características necesarias para una producción orgánica.

Debido a su excelente calidad, la demanda del consumidor se ha incrementado. Algunos productores han optado por obtener diferentes derivados del mismo, como licores, dulces, helados, pasteles, entre otros, lo que también genera empleos y una excelente derrama económica.

México ocupa el décimo lugar en producción de café con un volumen aproximado de 231 mil 596 toneladas; gran parte de este concentrado se exporta a países como Argelia, Polonia, India, Portugal y Marruecos, por mencionar algunos, siendo estas naciones un mercado potencial para el “Café Mexicano".

Reconocimiento

Entre los reconocimientos de esta producción se encuentran: Clímaco Cruz Cruz y Federico Barrueta Barrueta, destacados cafetaleros de Almoloya de Alquisiras y Temascaltepec, respectivamente, quienes obtuvieron el tercero y cuarto lugar en el Concurso Internacional, Capítulo México, “Taza de excelencia”.

Este es el concurso y premio más prestigioso para cafés de alta calidad. El nivel de escrutinio al que se someten los cafés denominados Cup of Excellence, Taza de Excelencia en nuestro idioma, es incomparable en la industria del café de especialidad a nivel mundial. 


  • Monserrat Mata
  • monserrat.mata@milenio.com
  • Reportera en MILENIO Estado de México desde 2016, egresada de la Facultad de Humanidades de la UAEMex. Escribo sobre Salud, Desarrollo Agropecuario y Medio Ambiente.

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