Agua, piloncillo, pétalos de cempasúchil y masa, son los elementos que utiliza Alicia Colín Garduño para elaborar su tradicional atole de cempasúchil (del náhuatl “Cempohualxochitl” que significa “veinte flores”). Aunque parezca poco para algunos, en esta temporada de muertos llega a elaborar más de 30 litros de esta bebida, que tiene origen en su amor por la tierra, las plantas y la herencia familiar.
Su madre y su abuela fueron quienes le transmitieron la receta que su familia solo elaboraba en estos días para recibir a sus seres queridos, pues el atole tiene un significado especial. “Nos hace recordar a los antepasados y es una puerta directa al Mictlán, la flor es característica de la celebración y transmite nuestro amor por los que ya no están”.
Desde hace cuatro años, con el apoyo de sus hijos Jesús, Luis Ángel y Daniela, inició en forma la preparación del atole que hoy la ha colocado en el gusto de sus vecinos en San Miguel Apinahuizco y la colonia Sector Popular, en Toluca, donde tiene una pequeña cafetería que abrió hace dos meses.
“Mi mamá y mi abuela hacían distintas mezclas para crear bebidas con hierbas y plantas, de ahí surgió todo. Cuando era niña ellas usaban el cempasúchil para el atole y solo se ponía en el altar a nuestros familiares que regresaban, no era tan fácil que lo probáramos porque era especial para la ofrenda”.
Actualmente vende el atole como bebida de temporada desde mediados de octubre y hasta principios de noviembre, ya que es cuando tiene fácil acceso a esta flor, ya sea en el mercado 16 de Septiembre o bien en alguna comunidad aledaña donde hay algunos sembradíos, como San Pablo Autopan.
“Afortunadamente este año hemos encontrado flor sin problema, cuando fue la pandemia costó mucho trabajo conseguirla. De todos modos a veces la compramos, la muelo y la congelo para tener una reserva, pues en esta temporada el atole se acaba muy rápido y tengo que hacerlo dos veces al día, por la demanda”.
Señaló que su hijo mayor es quien se dedica a ofrecer y distribuir el atole, el cual ha tenido una respuesta positiva, porque mucha gente no lo conoce y sabe que es algo diferente porque “está muy rico”.
¿Cómo se prepara?
Solo necesita los pétalos de esta flor, que se desinfectan 20 minutos antes de la elaboración por si tienen polvo o algún insecto. En una olla de barro pone a hervir agua con piloncillo.
Una vez listos los pétalos, los muele en la licuadora con una bolita de masa y lo mezcla con el agua y el piloncillo hirviendo, así como leche de vaca. “Lo dejamos hervir, le movemos constantemente para que no se pegue y para que los elementos se mezclen, el piloncillo y los pétalos son los encargados de darle color al atole”.
Para complementar esta tradición de sabor, Alicia también elabora hojaldras de naranja también con la receta familiar, que puede rellenar con lechera, nutela o lo que pida el cliente, al igual que tamales canarios por temporadas.
RARR