El monitoreo ciudadano que realizó este miércoles un equipo de Greenpeace México reveló que hay una concentración superior a 58 microgramos sobre metro cúbico (58 µg/m3 ) de material particulado PM2.5, lo que resultó en una calidad del aire insatisfactoria en la zona urbana de Monterrey.
Tras realizar los recorridos de tres kilómetros sobre la avenida Francisco I. Madero en transporte público, automóvil y bicicleta, Pablo Ramírez, titular de la campaña de Revolución Urbana, dio a conocer que en el transporte público se registraron entre 40 y 58.6 µg/m3.
De acuerdo a la Norma Oficial Mexicana (NOM) se establece como máximo permisible las 45 µg/m3 para este contaminante, mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomienda como máximo las 25 µg/m3.
“Es decir, en todo el recorrido estuvimos por arriba de la recomendación internacional y cerca o por arriba de la Norma Mexicana, de por sí muy permisiva”, señaló Ramírez.
En automóvil, las concentraciones fueron de entre 40 y 42 unidades, y en bicicleta (especialmente complejo por la ausencia absoluta de infraestructura) oscilaron entre 40 y 52 µg/m3 todas ellas superiores a la recomendación de la OMS y en algunos casos superiores a la línea que establece la NOM.
Pablo Ramírez señaló que la presencia de este contaminante, especialmente grave para la salud humana, se explica no sólo por las fuentes móviles, es decir, el sector transporte, sino también por la alta presencia de industria en la zona metropolitana.
Agregó que estas partículas son graves para la salud humana, debido a que son tan pequeñas que el sistema respiratorio no puede filtrarlos y pasan directamente al torrente sanguíneo, de manera que los órganos vitales hacen las veces de “filtro”, con graves consecuencias para las personas que se encuentran expuestas a ellas.
Por su parte, Edgar Sánchez, del colectivo #YoRespiroMonterrey recordó que los combustibles que se usan en Monterrey, producidos en su mayoría en la refinería obsoleta de Cadereyta, son los de peor calidad en el país y la consecuencia es la alta contaminación que producen, por lo que la solución no debe pensarse en función del futuro, sino del presente, exigió.
Este es el sexto de siete monitoreos similares realizados por Greenpeace México en Puebla, Pachuca, Querétaro, Toluca, Guadalajara y ahora Monterrey, que son algunas de las ciudades más contaminadas del país. Sólo falta la medición en la Ciudad de México, que ocurrirá el próximo miércoles 4 de septiembre.