Las olas de calor en zonas metropolitanas como la de Puebla se agudizan ante la reducción de áreas verdes y, en particular de árboles, ante lo cual, es urgente asumir el compromiso del cuidado del medio ambiente.
De acuerdo con el análisis de Maricela Rodríguez Acosta, investigadora del Herbario y Jardín Botánico Universitario de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), una de las funciones de las áreas verdes es regular la temperatura de las ciudades; mientras que las olas de calor no generarían efectos en la población del estado si se contara con más árboles.
Las temperaturas en las manchas urbanas superan entre cinco a seis grados Celsius a las registradas en entornos rurales o naturales, situación que se debe a que las plantas disminuyen el efecto de las islas de calor con la sombra que generan y la liberación del 98 por ciento del agua que absorben durante la fotosíntesis.
De manera adicional, las áreas verdes tienen valor estético, son espacios de conservación ambiental, proporcionan bienes y servicios ambientales que mejoran la calidad de vida, permiten la convivencia social, refuerzan lazos de solidaridad y el sentido de comunidad, añade la investigadora en su análisis.
Para la investigadora, es necesario comenzar con el rescate de las ciudades y convertirlas en espacios que unan a cada integrante de la población con el medio ambiente natural y con los árboles.
Entre los servicios ambientales de las áreas verdes en las zonas metropolitanas como la de Puebla, se encuentra la disminución de la fuerza de las corrientes de agua de lluvia y los vientos, la reducción de contaminantes atmosféricos y el amortiguamiento de los niveles de ruido.
Cuando aumentan las áreas verdes y los árboles, crece la biodiversidad y el flujo de animales; además, se establecen corredores biológicos citadinos que se conectan con el medio que le rodea. Dentro del estado de Puebla, se encuentran áreas boscosas importantes cerca de la presa Valsequillo, Atlixco y el Popocatépetl; y la población cuenta con la posibilidad de conectarse con ellas.
En ciudades como Puebla, es fundamental trabajar en el cuidado y crecimiento de las áreas verdes; además, es necesario que se siembren árboles que no superen los 20 metros de altura para no representar riesgos, dar sombra, ser resistentes a los fuertes vientos y capaces de adaptarse al suelo y el clima, así como permitir el paso de los rayos del Sol en temporada de frío.
El eucalipto, frecuentemente utilizado, crece 30 metros, no se adapta al ambiente de Puebla pues su follaje siempre se ve triste, medio gris, no va con el paisaje urbano y tampoco dan sombra, explicó la especialista.
La planeación y proyectos de desarrollo y mantenimiento de áreas verdes deben tomar en cuenta que muchas especies viven más de dos siglos, por lo que deben tener visión a largo plazo, y que las soluciones son específicas e interdisciplinarias, por lo que se requiere trabajar entre especialistas de distintas áreas: biólogos, botánicos, ecólogos, urbanistas, arquitectos, administradores públicos, entre otros.
La ciudad de Puebla tiene una superficie de 54 mil 548 hectáreas y una población de más de un millón 500 mil habitantes, situación que refleja la necesidad de impulsar el crecimiento de las áreas verdes.
CHM