Durante la década de 1980, estudios científicos revelaron que la capa de ozono que protege al planeta de los rayos ultravioleta y que se formó durante los últimos 3 mil 500 millones de años, había comenzado a perder densidad, representando un riesgo para la vida de todos los seres que habitamos la tierra, sin embargo, ha entrado en un proceso de recuperación.
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Miguel Magaña Virgen, jefe del Departamento de Ciencias Ambientales del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA), explicó que “es una capa que tiene varios kilómetros de espesor, pero se fue adelgazando y se dieron cuenta de que efectivamente, algunas moléculas de cloro y bromo, fundamentalmente aquellas que venían de las actividades de refrigeración, estaban rompiendo esa capa de ozono porque hay una cantidad importante de combinaciones químicas en la atmósfera y en ese momento fue cuando se abrieron los agujeros en la capa”.
Ante tal emergencia, los organismos internacionales a través de tratados y cumbres, establecieron que se tenía que dejar de producir todo tipo de fuentes dañinas y por el contrario, buscar la manera de producir una mayor cantidad de oxígeno.
En la actualidad, esta afectación se ha minimizado considerablemente y la capa que protege al planeta se encuentra en una prolongada etapa de recuperación, sin embargo, no quiere decir que esté fuera de peligro.
“Nosotros calculamos que alrededor del año 2050, si sigue el proceso internacional de protección y cuidado a la capa de ozono, pudiéramos dentro de 20 o 30 años, tener una recuperación total, siempre y cuando no retomemos aquellas conductas que están generando este problema, ya que, siendo así, estaríamos prolongando este proceso y estaríamos poniendo en riesgo la vida humana”, señaló.
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Aunque la ubicación de este agujero se encuentra predominantemente en la Antártida, afecta a todas las zonas del mundo, ya que como lo manifestó, Miguel Magaña, los rayos ultravioleta, entran y se distribuyen afectando a todos los seres vivos; esto a causa de que los agujeros, al igual que la atmósfera, se mantienen en constante movimiento, de tal manera que, el hecho de encontrarnos lejos de aquella ubicación, no nos exime de padecer las consecuencias que podría generar la exposición al sol.
Es por eso que la implementación de programas eficaces para reducir las emisiones contaminantes, tanto de fuentes móviles, como de fuentes fijas, debería ser una prioridad para todos los gobiernos y como lo aseveró, Magaña Virgen, se debe acabar con la desvinculación intersectorial.
“Cada sector y cada dependencia va por su cuenta sin integrar un conocimiento; necesitamos voluntad política para que se legisle adecuadamente, una sociedad con capacidad para resolver el problema y una cultura, entre todos, para atender un asunto que nos va a perjudicar a futuro”, finalizó
MC