Incrustada en las faldas de un cerro y cerca de una barranca donde aún hay vestigios del “camino real” -vía por donde pasaban los arrieros de la Mixteca poblana y oaxaqueña para actividades de comercio con Tehuacán y que fue sustituido hacia el poniente por la carretera federal Tehuacán-Huajuapan-,se encuentra la Capilla Enterrada, uno de los recintos religiosos más antiguos de esta región, que a pesar de los saqueos y del deterioro por el tiempo, se asoma como testigo de la religiosidad de la época novohispana.
La Capilla Enterrada se localiza en terrenos de Zapotitlán Salinas. Se trata de una cueva que fue excavada y donde se creó el primer centro de evangelización de la Mixteca.
“Este espacio fue hecho por los popolocas, cultura que floreció en esta región”, dijo Maurino Reyes, integrante del grupo de guías turísticos de Zapotitlán Salinas.
“Este espacio dedicado a la oración tiene tres divisiones: las paredes laterales, el techo y la puerta principal. En su interior guarda pinturas del Antiguo y Nuevo Testamento, las cuales fueron plasmadas hace más de 400 años”, narró el informante.
De hotel a centro de oración
De acuerdo con Maurino Reyes, la cueva fue refugio de familias y arrieros que tenían su ruta por las faldas de los cerros. El trayecto comprendía uno de los principales caminos reales de la zona y se convirtió en un paso comercial que unía a poblaciones de la Mixteca poblana y oaxaqueña alta con Tehuacán.
El camino real formaba parte de la ruta comercial que pasaba frente a la cueva, pero con la llegada de los españoles fue habilitada como capilla. De esta forma se convirtió en el lugar donde los arrieros, cansados o alentados por su fe, hacían un alto para agradecer y realizaban oraciones para reconfortarse de forma espiritual.
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El guía señala que esta cueva fue uno de los primeros lugares de evangelización de la Mixteca poblana, ya que el altar principal está pegado a la pared, con el fin de que los sacerdotes y feligreses pudieran ver de frente las imágenes religiosas. En la actualidad, el altar está colocado de forma diferente y el sacerdote oficia de frente.
La cueva fue seleccionada de entre otras construcciones antiguas de la región para que los arrieros dedicados al comercio pudieran detenerse y pasar la noche. En el sitio hallaron descanso y se les proveía un petate, comida y mezcal; mientras, a los burros o caballos se les asignaba zacate, un palo clavado al suelo se amarraban en un árbol de mezquite.
La decoración
Las pinturas de la capilla consisten en imágenes y figuras, como la de un triángulo con un ojo en medio, que de acuerdo a las aportaciones de investigación, se trata de un símbolo masón, por lo que se cree que hubo presencia de estos grupos, indicó Maurino Reyes.
Además, explicó que se encuentra la imagen de la Santísima Trinidad, La aprehensión de Jesús en el huerto por los romanos, Jesús cargando la cruz hacia el calvario y La crucifixión de Jesús, pasajes del Nuevo Testamento.
Mientras, del Antiguo Testamento se aprecian Las Tablas de Moisés y El arca de la alianza, así como imágenes de evangelistas, profetas. También están dibujados el sol, la luna y se encuentra una pintura que simboliza el infierno o el purgatorio, la cual está incompleta porque fue destruida para ser robada. En su interior se localizan imágenes franciscanas, pero algunas fueron destruidas, mientras que otras fueron saqueadas.
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Para la elaboración de estas pinturas los artistas ocuparon colorantes de vegetales como el nopal, tunas, cactus, palos, piedras, entre otros materiales que son de la región.
“La Capilla Enterrada forma parte de los espacios que están protegidos por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)”, añadió Maurino Reyes, e indicó que desde hace 13 años los pobladores dan un valor importante al espacio. Por su parte, el cronista de Zapotitlán Salinas, Martín Carrillo, informó que sobre el origen de las pinturas hay tres versiones: la primera, personas dedicadas a la restauración de la ciudad de Puebla entregaron las piezas, pues dijeron que la cueva era antigua y “la evangelización sí pudo haberse dado ahí, sin embargo, las pinturas no son tan antiguas”, comentó.
“También se cuenta que los franciscanos pudieron haber sido masones; por eso, en varias de las pinturas resaltan mucho las columnas y una de las figuras que distinguen a este grupo es el ojo de Dios, pero en un triángulo”.
Otra de las versiones difundidas entre la población es que las pinturas no fueron hechas por los franciscanos, sino por delincuentes, pues en aquellas épocas:
“Había muchos asaltantes de caminos, quienes se escondían en las cuevas para no ser ‘colgados’ por la autoridad y ese fue el caso de la persona que se guardó y durante ese tiempo plasmó esas pinturas”, expuso.
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Por otra parte, comentó que la Capilla Enterrada ha estado abandonada por las autoridades municipales, solo el Comisariado Ejidal, cuando recibe recursos de programas federales para vigilar la zona, asigna un presupuesto para cuidar el área y se incluye la capilla.
El cronista informó que el INAH delegación Puebla habían acordado trabajos de preservación en la capilla, sin embargo, no se concretó por la pandemia y después por cambios administrativos.
Mientras, el INAH en Oaxaca aportó las puertas acordes al estilo de esta capilla, las cuales fueron colocadas, pero al carecer de vigilancia hubo personas que “golpearon la puerta y una parte de esta, la arrancaron”. Ahora, el Consejo de Vigilancia de Zapotitlan volvió a colocar esa parte de la puerta, que esperan no sea dañada de nueva cuenta.
Disputa por poseer la capilla
Martín Carrillo señaló que habitantes de la junta auxiliar de San Antonio Texcala afirman que “la capilla enterrada se encuentra dentro de su jurisdicción”, sin embargo, la línea divisoria se encuentra metros más adelante.
No obstante, esto no impidió que la población se llevara, al menos, tres imágenes: un Cristo,Cristo de la pasión, el que lleva la Cruz y la Virgen Dolorosa, ésta última se encuentra en la parroquia.
mpl