Después de 52 días de travesía por el sureste de México, 300 migrantes llegaron a la Basílica de Guadalupe, ubicada en la alcaldía Gustavo A Madero, en la Ciudad de México.
Fue el 23 de octubre cuando miles de migrantes decidieron partir del parque Bicentenario, en Tapachula, Chiapas, en búsqueda de una mejor vida en el territorio estadunidense.
Durante su paso por los suelos chiapanecos, Oaxaca, Veracruz y Puebla vieron a muchos compañeros rendirse, pero también a cientos de ellos mantener la esperanza de querer continuar.
“El clima se ha complicado bastante porque en la caravana migrante vienen con muchos niños y se han enfermado de gripe y todo eso. Han renunciado porque no es fácil venir caminando, uno se cansa, le duelen los pies, hay personas que se les hacen ampollas de tanto caminar”, contó la hondureña Elena Rodríguez, quien formó parte del primer grupo de migrantes que llegó a la capital del país.
En su paso se encontraron por fuerzas de seguridad y del Instituto Nacional de Migración, quienes muchas veces impidieron su paso, pero también aquellos que les ayudaron en su camino.
“La verdad ha sido difícil el camino, no por las pobladores porque ellos nos tratan de calidad, pero ya con los que tenemos problemas es con migración y Guardia Nacional porque ellos no admiten que nos den jalones para poder avanzar y eso nos complica mucho porque caminamos más”, dijo Rodríguez junto a su esposo.
Más temprano, en la autopista México-Puebla, a la altura de puente de La concordia, se encontraron que el camino estaba bloqueado por elementos de la Secretaria de Ciudadana (SSC) quienes los detuvieron, de acuerdo a ellos, por tres horas al menos.
El saldo fueron 17 lesionados, entre ellos cuatro migrantes y el resto elementos de la SSC. Pasadas las 19:20 horas, el gobierno de la Ciudad de México ofreció llevarlos en seis autobuses hasta la Basílica de Guadalupe.
Como lo acordado, a las 21:53 horas llegaron los autobuses a la Basílica de Guadalupe. De acuerdo con el secretario de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres, después de su cita con la Virgen de Guadalupe se buscaría llegar a un lugar seguro, en el albergue en Iztapalapa.
“Me siento feliz por que uno viene sufriendo, pero ya cumplimos una meta mas por estar allá (Estados Unidos)”, dijo la migrante.
JLMR