El sonido peculiar del carrito de los camotes se escucha a lo lejos y aunque ha batallado para vender este día, Abelardo Gómez, menciona que es parte de la rutina diaria para llevar a las familias este tradicional alimento.
¡Camotes! ¡Plátanos!, grita después de cada chiflido, anunciando sus productos cuadra a cuadra con un valor de 20 pesos.
Abelardo, explica que para ellos tampoco ha sido fácil salir adelante durante esta pandemia, sus ventas bajaron y aún así tiene que seguir recorriendo las calles de los municipios de la Zona Conurbada y poco a poco recuperarse de esta crisis.
Mientras se dispone a despachar un delicioso plátano, comenta que realmente se trata de un tradicional alimento, pues sus principales clientes son personas de la tercera edad quienes esperan el paso del ‘señor de los camotes’, ya que no son muchos los que venden en Tampico, Ciudad Madero y Altamira.
El negocio es familiar.
Comenta que fue su abuelo Felipe Ordoñez, quien trajo este platillo de la Ciudad de México, a inicios de los 80 's, pensando en mejores oportunidades para su familia, ya que por esos años los vendedores de esas frutas abundaban y las ganancias cada vez eran menos.
Fue así como llegaron a Tampico y hoy en día del negocio se hacen cargo seis personas, entre ellos se encuentra su papá. Todos diariamente salen cerca de la playa, ahí comienza su recorrido, todos los días una ruta diferente, siempre tratando de cubrir una ruta de más de 4 kilómetros que recorre en aproximadamente cuatro horas a pie empujando su carrito.
“Nosotros desde muy temprano vamos y elegimos la fruta, juntamos la leña que vamos a utilizar para poder cocer los alimentos”, explica.
Son camotes y plátanos
Aunque todos los identifican como el ‘señor de los camotes’, no solo venden esa fruta, también son plátanos que se cuecen al vapor dentro del carrito, con ayuda del fuego que se origina con leña en la parte baja del artefacto.
Este se cocina en aproximadamente 30 a 60 minutos, que se acompaña de leche dulce y canela, listos para disfrutarse con un vaso de leche o café, según la preferencia de cada personas.
El carrito
El carrito está fabricado por ellos mismos, el material es de acero. Su forma es cilíndrica al que se le han adaptado rueditas, tres para ser exactas con los que logra su estabilidad y sea más fácil su traslado.
El costo unitario de estos carritos puede alcanzar hasta los 11,500 pesos, Las tres ruedas tienen alma metálica para soportar el peso y están forradas de hule o caucho vulcanizado para contrarrestar la fricción.
lpr