Mediante la norma 26 – cuyo espíritu era la creación de viviendas de interés social – empresas inmobiliarias con el permiso de autoridades capitalinas y delegacionales, construyeron cerca de 400 edificios en la alcaldía Benito Juárez, muchos de éstos para departamentos de lujo, de 2010 a 2013, durante las gestiones de Mario Alberto Palacios y Jorge Romero.
De acuerdo con un informe interno de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (SEDUVI) de la Ciudad de México, obtenido por MILENIO, en ese periodo se emitieron 396 certificados únicos de zonificación de uso de suelo, con la aplicación de la norma 26 en la demarcación.
Esta cifra ubicó a Benito Juárez como la delegación con más certificados de este tipo emitidos en ese lapso, seguido de Cuauhtémoc con 379, Miguel Hidalgo con 366, Gustavo A. Madero con 318, Azcapotzalco con 306, Iztacalco con 233, Venustiano Carranza con 194 y Tlalpan con 146.
La Norma 26 tenía como objetivo incentivar la creación de vivienda sustentable de interés social y popular en la capital del país. Sin embargo, fue suspendida en el 2013, debido a que diversas constructoras la utilizaron para obtener beneficios. La estrategia era construir departamentos supuestamente de interés social, pero posteriormente los vendían a costos elevados.
Por ejemplo, en la alcaldía Benito Juárez, las colonias con más construcciones a través de la norma 26 en ese periodo fueron Álamos con 40, Portales con 28, Del Valle con 27, San José Insurgentes con 22, Albert con 20, Narvarte con 18 y San Pedro de los Pinos con 16.
Además, Zacahuitzco con 12, Niños Héroes Chapultepec con 12 y Portales Norte con 11, todas estas de alto poder adquisitivo. La construcción a través de la norma 26 en Benito Juárez alcanzó su pico más alto en el 2012, cuando se realizaron 155.
“Efectivamente, en ese trayecto es cuando sube exponencialmente la cantidad de inmuebles que fueron registrados con esta norma 26, inmuebles que nunca llegaron a pertenecer realmente a vivienda de interés social.
“Esto se da porque vieron que de esta forma podrían violar el programa delegacional en este caso de Benito Juárez en específico, que levantaban el doble de altura o más, dependiendo lo que les pudieran autorizar, o donde pudieran o hasta donde extralimitarse”, explicó Susana Kanahuati, enlace de la organización “Vecinos Unidos”.
Agregó que la norma 26 permitía además en algunos casos, construir uno o dos pisos más.
“Y lo que ellos vieron es que, con esa norma, podían elevarse en cuanto a altura, violando el programa delegacional con permiso, entonces los constructores fue la manera que se dieron de prostituir la norma y vieron que podían pedirla, solicitarla, ingresando todo como si fuera norma 26, y hacer vivienda de lujo.
“Entonces, el tamaño de esta vivienda es de 50 metros cuadrados y ellos hicieron departamentos hasta de 200. En lugar de costar 700 mil pesos, el máximo que les permitía la norma, se vendió en aquel entonces, estamos hablando de 2012, se vendieron en seis millones de pesos, actualmente su valor comercial es de 15 millones de pesos”, destacó.
María Luisa Rubio, vecina de la demarcación, explicó que las inmobiliarias y las autoridades distorsionaron el uso de la norma 26, para sacar el mayor provecho posible.
“Había varias modalidades de distorsión, una de ellas era, por ejemplo, que se construía el edificio, había un comercializador que compraba el edificio completo a precio de norma 26 y luego le ponía acabados de lujo y lo vendía a precio de vivienda de lujo. Otra forma de distorsión era falsificar usos de suelo, falsificar, utilizar les llaman usos adquiridos para poder aspirar digamos a norma 26”, expuso.
Susana Kanahuati señaló que las inmobiliarias usaron empresas fantasma, para vender las viviendas de lujo.
“Lo que hacían era entrar con una empresa constructora y para lavar la norma, se la vendían a otra empresa constructora que desaparecía, la otra, y esta empresa constructora era la que las vendía. De esta manera ellos levantaban diferentes empresas para poderlo hacer, pero aquí estuvieron metidos los principales constructores que tenemos en la ciudad, porque lo que hicieron fue cambiar las razones sociales, precisamente para lavar esta norma 26”, explicó.
María Luisa Rubio agregó que actualmente los vecinos de la demarcación sufren las consecuencias de la construcción desmedida de viviendas, en estos edificios.
“Cuando se construyen más departamentos de los que se tienen previstos, entonces la carga sobre los servicios, no el impacto que se le dice, sobre los servicios, no se mitiga, no se previene, no se compensa, y eso al final de cuentas nos afecta a todos en la ciudad”.
En un recorrido realizado por MILENIO, se constató que los edificios ubicados en Oklahoma 139, colonia Nápoles, Patricio Sanz 740 y Patricio Sanz 908, colonia Del Valle, así como Félix Parra 69 y Lorenzo Rodríguez 34 de la colonia San José Insurgentes, tienen viviendas de lujo, y se construyeron mediante la norma 26.
ledz