"Casa la Banda", un hogar para migrantes LGBT+ donde el amor no conoce de muros

Primera parte.

"Casa la Banda" es un hogar para migrantes LGBT+ con sede en la Ciudad de México. Aquí las personas son acogidas con respeto a sus historias e identidades.

Shaila Stephania pasó un año en Casa la Banda hasta que consiguió asilo en EU. Foto: Cortesía
Elisa Villa Román
Ciudad de México /

En Casa la Banda las personas encuentran un refugio para mostrarse tal como son. Sus residentes cuentan historias sobre los largos caminos que recorrieron desde sus países, dejando un pasado de discriminación, pobreza y violencia. Son migrantes LGBT+.

Casa la Banda se formó justo antes del inicio de la pandemia. Su primer objetivo fue dar un hogar a las personas migrantes que salen de sus países de origen en busca de una mejor vida, pero que por pertenecer a la comunidad LGBT+ son discriminados en el camino. 

Aquí pueden sentirse seguros y encontrar refugio. Se busca que satisfagan sus necesidades de salud física, salud mental y todo lo que requieren por su condición de personas migrantes.

En entrevista con MILENIO, Ernesto Alanís y Ángel Sánchez, voluntarios de Casa la Banda, cuentan cómo nació este espacio dirigido a personas migrantes LGBT+

Casa la Banda ofrece un espacio seguro para personas migrantes LGBT+ en la CdMx.

Ángel llevaba consigo con el "esqueleto" de un alebrije cuando nos recibió afuera de una estación del metro en CdMx. La ubicación exacta de la casa no se hace pública por razones de seguridad. 

Tampoco se menciona la identidad de los residentes, pues algunos salieron de sus países huyendo de violencia y amenazas. La mayoría provienen de Centroamérica y llegaron a México en caravanas migrantes

Detalle de "El Altar", espacio donde los residentes se peinan y maquillan.

Ángel cuenta que están aprendiendo a elaborar alebrijes mientras sube las escaleras hasta el pequeño departamento. Aquí las personas viven libres y se confía en ellas. Cada una cuenta con llave y se les permite guardar detalles de sus vidas si así lo desean. 

"Pero entre más nos cuenten de ellas, nosotros sabremos qué necesidades tienen y cómo las podemos ayudar. Sin embargo se les da confianza y no se les restringe, como sucede en otros lugares". 

Como voluntario, Ángel ha notado la importancia de visibilizar esfuerzos como este, "ya que casi no hay casas migrantes para personas LGBT en el país", señala. 

En sus inicios, la Casa funcionó como colectivo, pero recientemente se constituyeron como organización civil. Esto les permitirá acceder a programas de ayuda

Para que un proyecto como este funcione es necesario llegar a acuerdos sobre la convivencia. Un calendario en la pared muestra los turnos para hacer limpieza y al lado de la TV se pegaron algunas reglas para compartir los espacios.

Ernesto Alanís es voluntario y encargado de logística en Casa la Banda. A diferencia de Ángel, Ernesto es residente de la casa y además se encarga de administrar los gastos. 

"Somos un albergue registrado, pero somos más como una comuna. Le ofrecemos a los chiques cubrir sus necesidades básicas de comida, alojamiento, agua, Internet. También hay acompañamiento con psicólogos y abogados", dice.

Ernesto cuenta que la mayoría de sus residentes han viajado desde Honduras, El Salvador, Rusia y Jamaica con procesos diferentes y difíciles. "Muchos no pueden decir gay porque en sus países es considerada una mala palabra".

Pero al llegar aquí encuentran un espacio donde pueden cambiar su realidad mientras se les da cobijo y un espacio seguro. Actualmente, el espacio les permite tener cinco residentes, pero con el tiempo esperan ampliarse y dar hogar a más personas

Una casa para "la bandita en movimiento"

Maquillaje, collares y barnices. Cada vez alguien se para frente a los espejos del "Altar" es libre de expresarse como desea. "Aquí pueden ser, pueden jotear sin este temor de cuando salen de sus países. Jotear es lo mejor del mundo; es muy sanador", dice Ernesto.  

Según el Primer Artículo constitucional, cualquier persona que se encuentre en territorio nacional goza de todos los derechos humanos contenidos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

En México, las y los migrantes LGBT+ tienen derechos como cualquier otra persona, independientemente de su condición migratoria o identidad de género, de acuerdo con la "Guía para personas migrantes LGBT".

En sus primeros días se esperaba que Casa la Banda adoptara elementos de las comunidades "Radical Faeries" de Estados Unidos donde las personas viven apartadas en bosques o grandes extensiones de tierra.

 Sin embargo, Ernesto señala que Latinoamérica tiene realidades muy distintas. 

A finales de 2019, voluntarios de distintos países acudieron a amueblar la casa y dejar todo listo para funcionar como albergue. En marzo de 2020 llegó su primer residente y desde entonces son una comunidad que cambia en número. 

Algunos de sus primeros residentes consiguieron asilo en Estados Unidos, otros vuelven después de un tiempo. Ernesto aclara que la casa siempre tiene las puertas abiertas cuando decidan volver. 

"La migración es algo natural y a veces necesaria para sanar"

Uno de los objetivos de Casa la Banda es trazar una ruta de migración segura con refugios y "casas hermanas". De esta manera, las personas migrantes LGBT+ encontrarán lugares seguros en su paso por México. 

"Nos dimos cuenta de que este es un espacio sin fronteras, la migración es algo natural y a veces hasta necesaria para sanar. En países de Centroamérica, ser de la comunidad es muy difícil. Aquí no estamos en pétalos de rosa, pero al menos hay más espacios y puedes salir sin problemas", dice Ernesto.

Ernesto Alanís y Ángel Sánchez, voluntarios de Casa la Banda.

La mayoría de las personas que llegan a Casa la Banda son canalizadas desde albergues o la encontraron en redes sociales. Honduras es uno de los países de origen de algunos residentes de la casa. 

Ahí, uno no puede tener amigos de la comunidad LGBT+, mucho menos mostrar su identidad abiertamente pues corren el riesgo de ser violentados o rechazados por sus familiascomo Jhamny, quien viajó desde Honduras en una caravana migrante y ahora es residente de Casa la Banda


MAÑANA: Segunda parte, "Si yo regreso a mi país, me matan": la historia de Jhamny.

"Casa la Banda":

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