Es profesor de Filosofía y antropólogo. Nunca pensó que sería víctima de una desaparición forzada. El pasado viernes acudió a la manifestación que se realizaría en la Fiscalía del Estado por Giovanni. Tanto él como su esposa quien -también es antropóloga y maestra de Lenguas- realizan una investigación sobre movimientos sociales en Jalisco. Decidieron asistir porque consideraron importante hacer un estudio etnográfico.
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Sin embargo, cuando circulaban a bordo de sus bicicletas por Lázaro Cárdenas y 8 de Julio, el maestro observó que una mujer era sometida por elementos. Quiso defenderla, pero llegaron más policías.
“Yo vi que uno de ellos tenía el pie encima de ella, y yo decidí pararme y preguntarle qué pasaba, uno de ellos me dijo que me fuera, si no me iba a cargar…”, recordó con impotencia. En eso, llegaron unas camionetas con señores encapuchados, uno de ellos me noqueó aquí en la nariz. Me levantaron".
Al igual que el resto de las víctimas, lo subieron a una camioneta que no traía placas y lo llevaron a la Fiscalía del Estado.
“Ahí escuché como golpearon brutalmente a muchos muchachos, porque no querían dar sus contraseñas de celulares a los señores encapuchados, y luego de hacer una valoración de la información que traían, determinaban que confiscar y que no. Escuché que decían que muchos iban para inteligencia”.
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Entrevistado antes de ingresar a la reunión que sostuvo con autoridades estatales y de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, confió en que había de 60 a 100 personas detenidas. Al igual que a otros, también lo fueron abandonar a kilómetros de donde lo detuvieron.
“Y a mí junto con otros tres chicos nos echaron en una camioneta. Nos iban a cuidando atrás dos señores encapuchados, no me di cuenta quien manejaba, porque te amenazaban y te golpeaban. A mí me tiraron por el rumbo de 8 de Julio y Periférico, a unos kilómetros después, en una colonia, nos dejaron en un callejón”, expresó.
El profesor se dijo indignado y molesto. “Fueron decenas de señores encapuchados, muchos de ellos traían sus placas de ministeriales otros más cubiertas, traían el chaleco antibalas, armas, esposas armas blancas tubos”.
A cinco días, aseguró que, no ha acudido a levantar un parte médico, porque tiene miedo. “Tengo miedo de salir de casa, hoy salí con la ayuda muchos de mis amigos que saben que estoy aquí y porque me ofrecieron garantías”.
Tampoco confía en las instituciones, luego de ver lo pasó en la Fiscalía. Lamentó que el gobernador del Estado no reconozca la magnitud de lo que Jalisco vivió.
“Yo no hice nada, yo me merezco esto, ni mi esposa, ni ninguno de los chicos que están aquí. No te pueden castigar por no hacer nada, ni tampoco se me puede desaparecer forzadamente, ni se me puede secuestrar”.
De ser necesario, pasará de ser un investigador a un luchador social. Es inconcebible lo que sucedió.
MC