Claudia Álvarez, recordó las muertes de su sobrina María Fernanda y su esposo, acontecidas hace dos años en Zapopan, en el fatal accidente automovilístico provocado por el futbolista Joao Maleck.
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Hincada sobre el pavimento de la avenida donde María Fernanda perdió la vida, abrazada al patito de peluche que solía ser de ella y portando una cachucha que la joven de 26 años le regaló, Claudia conmemoró el segundo aniversario de la tragedia.
“Con un vacío que inunda y se desborda en mi corazón que no deja de llorar lágrimas de sangre desde aquel domingo 23 de junio del 2019. Una fecha que jamás se debe olvidar. No debemos olvidar este crimen, está atrocidad”, dijo Claudia Álvarez - Ugena Pedrós, tía de María Fernanda.
En el camellón del cruce de avenida Tepeyac y Playa de Hornos -mismo lugar donde la pareja perdió la vida- la familia de María Fernanda colocó a manera de homenaje, 10 arreglos florales y dos fotografías de los recién casados en la ceremonia religiosa de su boda llevada a cabo un día antes de su muerte. Además, una cruz con los nombres de ambos.
La señora Claudia dijo haber querido a María Fernanda como a una hija y lamentó que a dos años de su muerte no ha habido justicia ya que Joao Maleck se encuentra en libertad desde diciembre del año pasado, tras ser sentenciado con una pena menor pese a que fue incriminado por el homicidio de dos personas, daño a las cosas y además se comprobó que conducía a exceso de velocidad y en estado de ebriedad.
“Buscamos justicia sí, justicia para marcar un precedente, para que esto no siga sucediendo porque está vez nos tocó a nosotras, jamás lo hubiéramos imaginado. El día de mañana le puede tocar a cualquiera de ustedes"Sabemos que nada podrá reparar tu muerte Fer, que no podemos regresarte a la vida, pero sí podemos crear conciencia en nuestra sociedad para evitar más muertes de inocentes en manos de personas como Joao Maleck", dijo.
La voz de María Fernanda se hizo presente a través de un escrito realizado por la madre de la joven y leído por Doña Claudia.
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En el se narra aquel domingo en el que la joven salió de casa con dirección a su cita de maquillaje para celebrar más tarde su festejo nupcial, cita a la que nunca llegó.
“Saliste a buscarme temerosa por las calles, rogando no encontrarme en un accidente, pero ya había sucedido. Tu corazón conectado con el mío te decía que algo terrible había pasado. Jamás imaginaste que esto pudiera ocurrir y menos el día de mi boda”, decía el escrito.
A través del escrito la familia compartió los momentos más dolorosos de la tragedia que a la fecha siguen latentes.
“Me pusiste mi vestido de novia para velarme y firme de pie me dijiste hasta pronto y de frente a mi tumba me diste el último beso”, continuó.
Como acto simbólico, Doña Claudia elevó al cielo decenas de globos rojos con forma de corazón, que según mencionó espera lleguen al cielo donde ahora se encuentra María Fernanda.
MC