El retablo construido con “flor de cucharilla” ya se encuentra adornando la Puerta del Perdón de la Catedral Basílica de Puebla y será testigo de la Procesión del Viernes Santo, acto piadoso que contará con la participación de más de 120 mil fieles.
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Los artesanos de Atempan, municipio ubicado en la Sierra Norte de Puebla, fueron los encargados de crear el retablo que cuenta con coronas, cruces y figuras elaboradas con "flor de cucharilla" y guías de hierba.
La “flor de cucharilla” que, en realidad no es una flor, sino son las pencas de un pequeño maguey llamado dasylirion acrotriche, es recolectada por especialistas llamados “arqueros” de la Sierra Norte de Puebla, quienes saben el momento exacto y la forma en que debe ser sustraída.
Los artesanos, con la “flor de cucharilla” y las guías, dan forma a coronas, cruces y figuras que conforman el marco que servirá de respaldo a la imagen del Cristo de la Expiración durante la Procesión de Viernes Santo.
Eduardo Merlo Juárez, historiador y asesor cultural de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), destacó que el retablo es un ejemplo de la rica tradición artesanal y religiosa que se vive en Puebla durante la Semana Santa y que atrae a miles de visitantes cada año.
“La procesión de Viernes Santo, en la que se lleva a cabo la presentación del retablo de flor de cucharilla, es una de las más importantes y emocionantes de la ciudad y se ha convertido en un verdadero símbolo de la fe y la cultura popular en Puebla y en todo el país. De alguna manera, la Procesión de Viernes Santo en Puebla se viste de arte floral y vegetal con la elaboración de arcos y retablos adornados con plantas y flores”, comentó.
Merlo Juárez destacó que la tradición de realizar adornos con flor de cucharilla se remonta a la cultura mexicana prehispánica, donde los tlaxochime eran los encargados de decorar los templos y palacios con flores y vegetales.
Resaltó que, con la llegada de los frailes, esta costumbre se incluyó en la evangelización y se utilizó en la decoración de los atrios y las iglesias; mientras que, en la actualidad, continúa esta práctica, utilizando técnicas y motivos ornamentales que han pasado de generación en generación.
“En la Sierra Norte de Puebla, los arcos y retablos son elaborados con cucharilla, una planta que crece en abundancia en la zona. Los arqueros tardan mucho tiempo recolectando la materia prima y cuando regresan a sus comunidades son recibidos con música y comida. Los arcos y retablos son estructurados con troncos de liquidámbar o pino, espacios con bambú, tarro o bejuco, y adornados con flores y vegetales”, comentó.
Las obras con “flor de cucharilla” están dedicadas a las festividades patronales y destacan en las procesiones de Viernes Santo en Puebla. “Los arcos y retablos más lujosos son aquellos que utilizan más cucharillas, aunque también se pueden encontrar arcos adornados con frutas y verduras ingeniosamente colocadas, semillas de maíz, frijol, calabaza, guaje y otras varias”.
La tradición de enflorar los espacios sagrados sigue viva en la cultura mexicana y continúa atrayendo la atención y admiración de locales y turistas, destacó el historiador Eduardo Merlo Juárez.
CHM