Más de 180 pelícanos blancos encontraron refugio en la Ciudad de México, tras migrar alrededor de 4 mil kilómetros, desde la región de los Grandes Lagos, entre Canadá y Estados Unidos, hasta el lago del bosque de San Juan de Aragón, en la alcaldía Gustavo A. Madero.
Se trata de un fenómeno que ocurre desde hace 13 años, de manera ininterrumpida, desde la rehabilitación del lago, que implicó el retiro de lanchas y la construcción de dos humedales artificiales que mejoraron la calidad del agua, lo que ha permitido brindar un mejor hábitat a estas aves migratorias, que permanecen aquí de noviembre a marzo.
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“Normalmente llegan en noviembre y se van en marzo, muy parecido al viaje migratorio que hace la mariposa Monarca, es la misma época y la razón de esta visita pues es que encuentran tanto el hábitat, es decir el espacio y el alimento suficiente para poder permanecer estos meses en el bosque, para poder recargar energía y regresar a su lugar de origen para reproducirse”, dijo Yenitzia Chávez Carpio, directora de Gestión del Bosque San Juan De Aragón, en entrevista con MILENIO.
El pelícano blanco americano (pelecanus erythrorhynchos) es una de las aves más grandes de Norteamérica, sus alas extendidas miden casi 3 metros de ancho y verlas volar en San Juan de Aragón es todo un espectáculo.
En años anteriores se ha reportado la presencia de hasta 400 pelícanos; esta temporada van 180 individuos y uno de los más esperados es el que porta un anillo azul con el código 392C, que desde hace 9 años, arriba al lago de San Juan de Aragón en enero, y regresa a su lugar de origen en marzo.
“Este pelícano ya lleva visitándonos desde el año 2015, 9 años que está aquí con nosotros; tiene 3 días que acaba de arribar al lago, los meses de enero y febrero es cuando lo llegamos a tener aquí con su parvada, a pesar de toda esta travesía que tienen que cruzar las aves, pasando por tormentas invernales, por malos tiempos, por todo este trayecto de kilómetros de distancia desde su lugar de origen hasta llegar aquí en la Ciudad de México, a pasarse unas muy buenas vacaciones”, comentó Miriam Vargas, encargada de Monitoreo de Fauna Silvestre del Bosque San Juan De Aragón.
El anillo permite saber que dicho pelícano nació en 2006, al norte de Estados Unidos, tiene 17 años, de los cuales, sus últimos 9 años ha preferido pasar la temporada invernal en la capital mexicana, al igual que su parvada y otras especies migratorias.
Lo anterior, debido a los trabajos de rehabilitación del lago, la creación de dos humedales artificiales y una playa para aves, que han permitido que en el lago del Bosque de San Jan de Aragón haya aumentado la presencia de aves, se tiene registro de 192 especies diferentes, entre residentes y migratorias.
“Si consideramos que en la Ciudad de México también el registro es de 350 y 400 especies de aves en toda la ciudad, aquí casi tenemos la mitad de la biodiversidad de aves de toda la ciudad, de ahí la importancia del Bosque de San Juan de Aragón”, destacó la directora del bosque.
La llegada de pelícanos blancos no solo embellece este lago urbano de 11 hectáreas, al consumir hasta 5 kilos de pescado al día, ha permitido controlar la proliferación de tilapia, una especie invasora que no tenía depredador, resaltaron.
“Sin ellos, tendríamos una sobrepoblación y varios problemas ambientales con ello, la importancia de que ellos vengan cada año y se alimenten de esta especie. Nos ayudan a regular estas poblaciones de exóticas invasoras y nosotros a cambio les damos refugio, un lugar donde pasar el invierno”, indicó la bióloga Miriam Vargas.
El acceso al bosque de San Juan de Aragón es gratuito, si acudes a admirar a estas aves, se pide a la población no arrojar ningún tipo de alimento al agua, y pasear a sus mascotas con correa, a fin de no dañar a las aves.
La bióloga Míriam Vargas recordó que los pelícanos migran porque el invierno es más difícil en su lugar de origen: los lagos se congelan y no encuentran alimento, por lo que vuelan hacia el sur del continente.
Además del Bosque de San Juan de Aragón, otras parvadas de pelícanos blancos llegan a sitios como la zona lacustre de Xochimilco y Tláhuac, además del Parque Ecológico de Xochimilco, lugares que también han sido rehabilitados por la administración actual.
“Las aves tienen memoria genética, y estas aves siguen todavía estas rutas migratorias y van encontrando espacios donde pueden encontrar alimento, refugio, donde no sean molestadas y en cuanto las mejoras que se han hecho a lo largo de todos estos años a este espacio, ellas pudieron encontrar refugio, alimento y estancia para poder pasar aquí un invierno agradable”, añadió la bióloga.
CHZ