Pobladores de Tula de Allende, en Hidalgo, que por más de 50 años han sufrido la contaminación del Río Tula al recibir las aguas residuales que genera la Ciudad de México, rechazan el plan del presidente Andrés Manuel López Obrador de proveer a los capitalinos agua del acuífero del Valle del Mezquital, que se encuentra parcialmente vedado.
Mientras que el acuífero donde se explotan tres pozos del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, que también dotarán de agua ante la actual crisis, se encuentra sobreexplotado.
De acuerdo con la última Actualización de la disponibilidad media anual de agua en el acuifero del Valle del Mezquital, Estado de Hidalgo, que data de 2015, las aportaciones de aguas residuales, permiten la recarga de 343 millones de metros cúbicos al año; es decir, dicho acuífero no está en déficit, pero se encuentra parcialmente vedado, mediante cuatro decretos.
Otra de las soluciones para aliviar la crisis hídrica del Valle de México, anunciada por el el Presidente, es la explotación de los tres pozos que se encuentran dentro del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), cuyo acuífero Cuautitlán-Pachuca se encuentra sobreexplotado, según se constata en la propia Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) que la Sedena presentó para llevar a cabo la construcción del aeropuerto de Santa Lucía.
“El problema fundamental es que los pozos que se encuentran dentro del predio de la Sedena pertenecen al mismo acuífero Cuautitlán- Pachuca, esto implica que los 750 m3/día requerido para la etapa de preparación del sitio y construcción se verá más impactado el manto acuífero Cuautitlán-Pachuca, y de acuerdo los estudios realizados por la Conagua, este acuífero se encuentra actualmente sobreexplotado, por lo que el impacto se considera como adverso significativo, y que además este acuífero abastece a los estados de Hidalgo, Estado de México y parte de la Ciudad de México, esto implica que una buena parte de la población se verá afectada por el suministro de agua al Proyecto”.
Dentro del predio del AIFA existen tres pozos que se encuentran a diferentes profundidades: el pozo 1 se encuentra a una profundidad de 127 metros, el pozo 2 a 300 metros de profundidad y el pozo 3 a 220 metros de profundidad, que, según el documento, “aportan un volumen de 36 lps, 40 lps y 20 lps es decir, tienen el caudal suficiente para el abastecimiento del proyecto”.
Pero ahora, pese a la sobreexplotación y el riesgo de dejar sin agua a la población local, el plan contempla aumentar la extracción de agua, cada uno de los pozos, producirá 50 litros por segundo.
En la rehabilitación de cada uno de los pozos, se destinarán cerca de 20 millones de pesos, estarán listos en mayo próximo; mientras que la construcción de la línea conducción de los pozos del AIFA se encuentra en proceso de llicitación.
Nos avientan su aguas negras y ahora se llevan nuestra agua limpia
El pasado 14 de febrero, el mandatario federal dijo que estudios realizados hace 20 años demostraron que “por el Gran Canal de Desagüe, que se construyó en la época de Porfirio Díaz, todas las aguas de la ciudad se canalizaron hacia Hidalgo. (...) Se fue creando un acuífero en la zona del Mezquital y en la zona limítrofe de Hidalgo con el Estado de México con un buen potencial de agua”.
Con ello, el presidente López Obrador anunció que una de las soluciones ante la crisis de agua en el Valle de México es proveer agua del acuífero del Valle del Mezquital, un plan que rechazan pobladores de esa región, contaminada por las descargas residuales de la capital.
Tan solo en esta época de estiaje, reciben hasta 100 mil litros por segundo, a través del Río Tula.
“Estamos luchando contra esta problemática de que este río sea convertido en un canal de aguas negras, para recibir todas las aguas residuales de la capital del país, y de pronto sabemos como ahora, no nada más es aventarnos el agua negra, sucia que nos enferma, si no también, que se lleven nuestra agua limpia”, dijo Angélica Arellano, presidenta de la Red de Conciencia Ambiental Queremos Vivir.
Las aguas negras de la Ciudad de México se almacenan en la presa Endhó, que actualmente cuenta con 132 millones de metros cúbicos, el 72 por ciento de su capacidad; a diferencia de las presas que almacenan agua para consumo humano, como las del Cutzamala, que están al 38 por ciento de su capacidad.
El acuifero del Valle del Mezquital se localiza al suroriente de Hidalgo, comprende totalmente los municipios de Atitalaquia, Atotonilco de Tula, Tezontepec de Aldama, Tlahuelilpan, Tlaxcoapan y Tula de Allende, y porciones de otros 8 municipios; así como Apaxco y Soyaniquilpan en el Estado de México y otros 8 municipios más.
El problema es que el suelo de la región está contaminado por el uso de esta agua para el riego agrícola.
“Hacen una obra costosísima como fue el TEO para expulsar toda el agua que les llega en epocas de lluvias, en lugar de aprovecharla para recargas de su acuífero. Ellos no hacen nada por mejorar nuestro medio ambiente, pero sí nos siguen mandando agua contaminada y ahora de remate, pues es que llevar el agua limpia”, dijo Gerardo Castillo, representante de la Sociedad Ecologista Hidalguense en la región Tula-Tepejí.
EHR