Ante los problemas de inseguridad que se viven en Puebla y en el país, el arzobispo Víctor Sánchez, los obispos auxiliares de Puebla, Felipe Pozos y Tomás López Durán, y cientos de fieles católicos realizaron una jornada de oración, una procesión del templo del Carmen hasta la Catedral y una misa para pedir porque impere un clima de seguridad y de tranquilidad.
En el marco de la solemnidad de Corpus Christi, el obispo auxiliar de Puebla, Felipe Pozos Lorenzini, llamó a todos los sectores de la sociedad a que trabajen y pongan de su parte para que al país y al estado, regrese un clima de paz y tranquilidad; y porque persista la unidad familiar.
Al mismo tiempo, Pozos Lorenzini pidió a los sacerdotes y a los fieles no ser indiferentes ante las necesidades de las personas y propuso poner de su parte para mantener un tejido de valores.
Señaló que este jueves se celebra la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo, la presencia de Jesucristo en la Eucaristía por ello la Iglesia recuerda la institución de la Eucaristía que se llevó a cabo el Jueves Santo durante la Última Cena, al convertir Jesús el pan y el vino en su Cuerpo y en su Sangre.
"Se trata de una fiesta muy importante porque la Eucaristía es el regalo más grande que Dios nos ha hecho, movido por su querer quedarse con nosotros después de la Ascensión”, explicó.
Ante el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, Pozos Lorenzini resaltó la importancia de no ser indiferentes, problema que se ha traducido en violencia.
Antes de la misa de las 10:00 horas en la catedral de Puebla, se realizó una procesión que de acuerdo con la fe católica, consiste en hacer un homenaje público de la presencia de Cristo en la Eucaristía.
Durante el recorrido, la procesión se detuvo en los altares o monumentos dispuestos sobre la Calle 16 de Septiembre, acto que fue acompañado por oraciones, cantos y diferentes alabanzas.
ARP