El Centro de Atención al Talento fundado en el 2010 por el Dr. Andrew Almazán, director de investigación y psicología del CEDAT y sus padres surgió para brindar atención a los niños con mayor capacidad intelectual, que en ocasiones sufren una discriminación educativa y social.
Actualmente cuentan con tres centros ubicados en Guadalajara, Ciudad de México y el Estado de México, donde van alrededor de 300 niños que requieren la ayuda y orientación de especialistas. Cada CEDAT es atendido por personal calificado, inclusive los docentes son personas con mayor capacidad intelectual.
De acuerdo con uno de los fundadores, Andrew Almazán, quien ingresó a las licenciaturas de Medicina y Psicología a la edad de 12 años, considerado el estudiante universitario más joven de México, por lo que fue llamado “el niño genio de México”, los niños sobredotados necesitan una detección y atención temprana.
Estudios realizados por el Centro de Atención al Talento indican que de cada tres casos de niños diagnosticados con TDAH, dos van a corresponder a casos de sobrecapacidad intelectual. Por lo tanto el 66 por ciento de los diagnósticos de TDAH se encuentran equivocados.
“El 93% de los niños sobredotados son confundidos y mal diagnosticados con el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), a pesar de sus diferencias, y eso hace que genere un manejo inadecuado y por lo tanto la pérdida de sus capacidades”, aseguró.
Universidad a los 12 años
Andrew Almazán, nació el 16 de octubre de 1994, en Ciudad de México y al ingresar a los 12 años a la universidad se convirtió en el estudiante más joven de México y entre los más jóvenes del mundo.
Cuando tenía dos años y medio comenzó a dar muestra de su interés cultural y de su avidez de conocimientos, también adquirió el gusto por la música; el primer músico que le interesó fue Bach y sus conciertos de Brandenburgo y luego Vivaldi, Mozart, Chopin.
A los cuatro años y medio le pidió a su padre médico que le consiguiera un corazón de vaca para poder “operarlo” y en efecto lo abrió para encontrarse con otro universo que desde entonces le atraería y le procuraría por una parte satisfacciones, pero por otra contrariedades con sus maestros que no entendían su ansia de saber, sus inquietudes intelectuales, a las que confundieron con “déficit de atención”.
Cursó sus primeros estudios en sistemas escolarizados, pero a los nueve años abandonó este tipo de enseñanza que no le permitía aprovechar sus capacidades especiales de aprendizaje, para adoptar la modalidad abierta y continuó sus estudios en un sistema de educación a distancia de la Academia Alfa y Omega, de Phoenix, Arizona, para aprender de manera autodidacta.
Cuando estaba en la preparatoria abierta en la SEP, acreditó ocho materias con alto promedio, por lo que se inscribió en el Colegio de Bachilleres en la modalidad abierta y presentó en dos meses y medio las 49 materias exigidas, que lo hicieron acreedor al certificado correspondiente, con un promedio de 9.5.
El Colegio de Bachilleres lo considera el egresado más joven que ha tenido, así como “el estudiante que concluye en menor tiempo sus estudios de bachillerato”.
En julio de 2007 comenzó a estudiar dos licenciaturas simultáneamente: medicina y psicología en una Universidad de Puebla, ahí cursó dos semestres y alcanzó un promedio de 9.95 en la primera carrera y en Psicología una calificación promedio de 9.82.
Concluyó en agosto de 2011 la licenciatura de Psicología en la Universidad del Valle de México, se graduó en el 2016 del Doctorado en Innovación Educativa, por la Escuela de Graduados en Educación del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, con un proyecto de investigación en el cual diseñó un nuevo modelo educativo para los alumnos sobredotados en México.
Posteriormente realizó estancias y trabajo de posgrado donde obtuvo tres maestrías en las universidades de Yale, Harvard University y Connecticut.
El primer centro para sobredotados en el Estado de México se inauguró en el 2017 en Ciudad Satélite, en el municipio de Naucalpan. Actualmente esta sucursal tiene alrededor de 59 niños con sobrecapacidad intelectual.
Enfrentan mayor bullying
Los niños con sobrecapacidad intelectual sufren el doble de bullying que los niños promedio, a causa de sus habilidades diferentes a la media, lo cual hace que sean rechazados y sufran una discriminación, de acuerdo con estudios del CEDAT.
Andrew Almazán opina que ante el regreso a clases presenciales, el problema del bullying en niños sobredotados se agravó. “Todavía hay distintos retos, como el hecho de que 95% de niños superdotados aún no se han detectado y más de 80% de estos niños siguen sufriendo bullying en las escuelas, y ahora que regresaron de sistemas virtuales a presenciales, este problema se agravó”, expresa.
Explicó que al dejar de asistir a la escuela, además de no tener una convivencia con más niños, a su regreso al sistema presencial e incluirse socialmente con los demás, hubo más rechazo y sufrieron el aislamiento por parte de sus compañeros.
“Ya no estaban acostumbrados a asistir a la escuela, a ver a sus compañeros, regresan y en el proceso de la adaptación, nuevamente es iniciar de cero, sumado a todo el estrés por el encierro y el poco contacto con niños de su edad”, señala Almazán.
Por esta situación indicó que es indispensable realizar un diagnóstico oportuno de la sobrecapacidad intelectual para brindar una atención especial diseñada para niños con inteligencia superior y no sufran rechazo que podría “apagar” su inteligencia.
Testimonios
Alexis Martínez, con seis años de edad, expresó estar contento por regresar a clases presenciales y poder prepararse para ser bioquímico
“Ahorita me siento muy poco social, pero me gusta ir a la escuela, armar legos y en mis tiempos libres me gusta leer; está bastante bien para mi estar aprendiendo cosas diario porque me interesa mucho la lectura y entonces aprender cosas me ayuda a leer más rápido”, expresó.
Aylin Maridalúa, también con seis años de edad, desea convertirse en veterinaria, comentó que ir a la escuela es esencial para su preparación académica. “Un poco nerviosa porque ya me había acostumbrado en línea, pero cuando supe que era más divertido ir presencial, acudí”.
MMCF